lunes, 4 de abril de 2016

Los senderos de la Sierra de Montánchez

Es un lugar especial, con encanto. Esculpida y labrada por las inclemencias meteorológicas y por los trabajadores de la tierra desde muy antiguo. En su extensión se conjugan la historia, naturaleza, tradición, economía, belleza paisajística y descanso de los vecinos de los pueblos enclavados en ella y de los múltiples turistas foráneos que llegan para descubrirla. Se trata, claro está, de la Sierra de Montánchez.

Son muchas las rutas senderistas que atraviesan esta sierra. Cada una de ellas ofrece al caminante que las recorre una visión diferente de la Comarca. Una suerte de aventura en plena naturaleza que evade al visitante de las preocupaciones cotidianas. Los sonidos y aromas de la Sierra de Montánchez envuelven a quien la conoce, a quien la recorre.

La estación otoñal es un momento perfecto para perderse por estos caminos, muchos de ellos empedrados, otros cubiertos de arena. Además, con las lluvias propias de la época, los ríos, arroyos y regatos bajan la rocosa sierra cargados del líquido elemento. Su sonido, desbordante, es toda una melodía para los sentidos.

En las inmediaciones de la Plaza de Toros de Montánchez nacen tres rutas senderistas señalizadas. No obstante, es necesario que la señalización que indica el camino a seguir sea actualizada y mejorada, hay fallos y, quien tenga mal sentido de la orientación, no es imposible que se pierda. El Ayuntamiento, gracias a un acuerdo con la Diputación de Cáceres, va a revisar la señalización de los senderos. Estas tres rutas son la de “Donde Nace”, la del “Castañar” y la de los “Molinos”. 

La ruta del Castañar 


Lleva al visitante por un camino empedrado que atraviesa los castañares de Montánchez. El paisaje es el típico de un bosque de ancianos árboles de hoja caduca. Los haces de luz solar se introducen entre los castaños y hacen que el senderista encuentre cierto respiro entre tanta penumbra y oscuridad. Los muros de piedra que bordean el camino están repletos de musgo y helechos. El espectáculo de las diversas tonalidades de colores de la naturaleza es sorprendente. Las gamas de marrón y beige de las hojas caídas del castaño y de la tierra se fusionan con el gris de la piedra que cubre el camino; el verde de las paredes de piedra llama la atención a quien camina por allí.

Esta es la ruta más fácil y rápida. En poco más de media hora y sin demasiado esfuerzo, el visitante regresa al punto de origen. En los meses de octubre y noviembre, aparte de disfrutar del camino, el senderista puede volver de la ruta con tantas castañas como pueda cargar.

La ruta de Donde Nace

Es una ruta algo más dura, exige a quien la realiza cierta fortaleza física o constancia. Su trayecto se recorre en cerca de dos horas. El comienzo lleva por una parte de la ruta del Castañar. Después deja el empedrado camino e invita al senderista a caminar por otro de arena que le acerca hasta ‘El Bailaero’, un punto en el que las vistas panorámicas son impresionantes. Abajo se vislumbra ‘La Garganta’, atravesada por el arroyo y plagada de históricos molinos harineros. Al frente se ve la sierra invadida de olivos que se distribuyen por el inclinado terreno en forma de barrancones, reforzados con muros de piedra para evitar la escorrentía de la tierra.

La señalización invita a introducirse en un estrecho camino o vereda que eleva a quien lo hace por la sierra, el arroyo que atraviesa ‘La Garganta’ acompaña en el margen izquierdo de la calzada. Asciende hasta el punto más elevado de la Sierra de Montánchez, donde se encuentran las antenas, también el Cancho que se Menea. Esa roca tan mística ubicada en un lugar tan mágico.

Después todo es bajada. La ruta marca un camino, primero de arena y luego empedrado, que atraviesa la sierra desde otro punto. Rodean a los senderistas castaños a ambos lados del camino. Pero solo quien sale del trazado puede ver una gran cantidad de cuartos de labranza de forma circular, construidos con piedra entre los castaños. También esta zona está llena de setas y espárragos en la época. Finalmente se llega al punto de partida; es decir, Montánchez.

La Ruta de los Molinos 


Es posiblemente la ruta más dura y que más tiempo exige al senderista. Además, está señalizada de una forma escasa. Desde la altura de la sierra se observan preciosas panorámicas de ‘La Garganta’, el pueblo de Arroyomolinos está al fondo.

La ruta llega hasta ‘La Garganta’, lugar atestado de antiguos molinos harineros construidos según una arquitectura vernácula; es decir, que aprovecha los elementos propios de la zona para edificar. El Ayuntamiento de Montánchez ha recibido el reconocimiento de la UNESCO en Extremadura por la restauración de las pozas de estos molinos.

El viajero sigue el camino cuesta abajo y a su paso van apareciendo molinos a ambos lados de la ruta. Son muchísimos. El arroyo acompaña durante todo el trayecto hasta llegar a Arroyomolinos. 

Ruta por el casco histórico de Montánchez

No se trata de una ruta señalizada, pero solo quien conoce bien Montánchez puede realizarla. Son muchos los monumentos que se reparten por toda la geografía urbana de Montánchez, como el castillo, la iglesia y campanario, las múltiples y esparcidas ermitas, el barrio de origen judío ‘El Canchalejo’, el cementerio –ganador del concurso organizado por la revista ‘Adiós’ y elegido como el mejor camposanto de España.

Monturocio, empresa ubicada en la localidad serrana y dedicada a los servicios de turismo, ocio y tiempo libre ofrece paseos culturales por las diferentes calles de Montánchez. No solo llevan a los visitantes a los monumentos más destacados, sino que también interpretan los muchos secretos que engrandecen el camino y que muchas veces pasan desapercibidos a los ojos del viajero.

Por otro lado, también ofrecen servicios más especializados, como visitas interpretativas a los diferentes secaderos de jamones de Montánchez o disfrutar de la puesta de sol en uno de los puntos más emblemáticos de la Sierra de Montánchez; es decir, el castillo.

Estas son solo algunas de las rutas que vertebran la Sierra de Montánchez. Hay muchas más. Cada camino es una ruta que nos muestra rincones únicos. Basta con dejarse llevar, abrir los cinco sentidos y disfrutar. Sin embargo, lo importante no es el destino o punto final de la ruta, sino andar y experimentar el camino. O salirse del sendero trazado, perderse y descubrir nuevos caminos.  

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