Es un lugar especial, con
encanto. Esculpida y labrada por las inclemencias meteorológicas y por los
trabajadores de la tierra desde muy antiguo. En su extensión se conjugan la
historia, naturaleza, tradición, economía, belleza paisajística y descanso de los
vecinos de los pueblos enclavados en ella y de los múltiples turistas foráneos
que llegan para descubrirla. Se trata, claro está, de la Sierra de Montánchez.
Son
muchas las rutas senderistas que atraviesan esta sierra. Cada una de ellas
ofrece al caminante que las recorre una visión diferente de la Comarca. Una
suerte de aventura en plena naturaleza que evade al visitante de las
preocupaciones cotidianas. Los sonidos y aromas de la Sierra de Montánchez
envuelven a quien la conoce, a quien la recorre.
La
estación otoñal es un momento perfecto para perderse por estos caminos, muchos
de ellos empedrados, otros cubiertos de arena. Además, con las lluvias propias
de la época, los ríos, arroyos y regatos bajan la rocosa sierra cargados del
líquido elemento. Su sonido, desbordante, es toda una melodía para los
sentidos.
En
las inmediaciones de la Plaza de Toros de Montánchez nacen tres rutas
senderistas señalizadas. No obstante, es necesario que la señalización que indica
el camino a seguir sea actualizada y mejorada, hay fallos y, quien tenga mal
sentido de la orientación, no es imposible que se pierda. El Ayuntamiento,
gracias a un acuerdo con la Diputación de Cáceres, va a revisar la señalización
de los senderos. Estas tres rutas son la de “Donde Nace”, la del “Castañar” y
la de los “Molinos”.
La ruta del Castañar
Esta
es la ruta más fácil y rápida. En poco más de media hora y sin demasiado
esfuerzo, el visitante regresa al punto de origen. En los meses de octubre y
noviembre, aparte de disfrutar del camino, el senderista puede volver de la
ruta con tantas castañas como pueda cargar.
La
ruta de Donde Nace
La
señalización invita a introducirse en un estrecho camino o vereda que eleva a
quien lo hace por la sierra, el arroyo que atraviesa ‘La Garganta’ acompaña en
el margen izquierdo de la calzada. Asciende hasta el punto más elevado de la
Sierra de Montánchez, donde se encuentran las antenas, también el Cancho que se
Menea. Esa roca tan mística ubicada en un lugar tan mágico.
Después
todo es bajada. La ruta marca un camino, primero de arena y luego empedrado, que
atraviesa la sierra desde otro punto. Rodean a los senderistas castaños a ambos
lados del camino. Pero solo quien sale del trazado puede ver una gran cantidad
de cuartos de labranza de forma circular, construidos con piedra entre los
castaños. También esta zona está llena de setas y espárragos en la época.
Finalmente se llega al punto de partida; es decir, Montánchez.
La Ruta de los Molinos
Es
posiblemente la ruta más dura y que más tiempo exige al senderista. Además,
está señalizada de una forma escasa. Desde la altura de la sierra se observan
preciosas panorámicas de ‘La Garganta’, el pueblo de Arroyomolinos está al
fondo.
La
ruta llega hasta ‘La Garganta’, lugar atestado de antiguos molinos harineros
construidos según una arquitectura vernácula; es decir, que aprovecha los
elementos propios de la zona para edificar. El Ayuntamiento de Montánchez ha
recibido el reconocimiento de la UNESCO en Extremadura por la restauración de
las pozas de estos molinos.
El
viajero sigue el camino cuesta abajo y a su paso van apareciendo molinos a
ambos lados de la ruta. Son muchísimos. El arroyo acompaña durante todo el
trayecto hasta llegar a Arroyomolinos.
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