lunes, 25 de noviembre de 2019

Dos casos históricos de violencia de género protagonizados por la misma familia de Montánchez retratados en la prensa


Más de mil mujeres han muerto asesinas a manos de sus parejas o ex parejas desde que se tienen registros en España (2003). Sin embargo, son muchísimas las mujeres que han muerto a lo largo de la historia a causa de la violencia de género, también de la violencia doméstica. En este artículo nos centramos en dos casos extremos de violencia que sucedieron en 1932 y 1966 en el seno de la misma familia de Montánchez.


El 8 de febrero de 1932 se cometió un terrible acto de violencia machista o de género en Montánchez, en concreto, en la calle de Santo Domingo. Eugenio R. F., de 34 años de edad asesinó con muchísima violencia a su esposa Marciana.

Pocos días después, el 12/02/1932 aparece publicado en el periódico de tirada nacional y editado en Córdoba ‘La Voz’ una información titulada “Apuñala a su mujer e intenta suicidarse”. El texto sigue:

<<Comunican de Montánchez, que se ha registrado una tragedia que ha producido penosa impresión en el vecindario.

Un matrimonio en el que eran frecuentes los altercados sostuvo una reyerta. El marido apuñaló a su esposa y seguidamente se dio a la fuga perseguido por la guardia civil.
La benemérita se encontró al agresor que había intentado suicidarse, descargándose varios hachazos. Su estado es grave>>.

Esa misma jornada, en el diario cacereño ‘Nuevo Día’ aparece información sobre el mismo hecho, pero con un enfoque bastante más sensacionalista y macabro. “La fiera humana. Le clava un cuchillo en el pecho a su esposa y la remata de un hachazo en la cabeza. Después huye al campo e intenta suicidarse dándose varios cortes en los brazos”, titula el periódico el texto; que prosigue:

<<En la tarde del día 8 se cometió un terrible asesinato en Montánchez (…) El sangriento suceso ocurrió en la calle de Santo Domingo (…) Tendida en el suelo de la calle sin dar señales de vida se hallaba la vecina de aquella localidad, Marciana G. C., de 46 años (…)

En su busca salió la Guardia civil, que lo encontró en el sitio denominado de “Machorrilla”, tendido en el suelo y bañado en sangre (…) Después fue trasladado a Montánchez, quedando hospitalizado en la Alcaldía a disposición de la autoridad judicial>>. 

Según fuentes orales de la localidad, conocedoras del caso por vecindad, de un matrimonio anterior de Eugenio R. resultaría José, que con pocos años de edad perdió a su madre y vivió las segundas nupcias de su padre con Marciana. Cuando contaba con tan solo ocho años de edad su padre asesinó a su madrastra.

Tres décadas después, a finales de diciembre de 1968 aparece publicada en ‘La Vanguardia’ un artículo de la sección de Tribunales titulado “Pena rebajada para un parricida de Pach del Penedés”.

El parricida al que se refiere el titular es José R., de Montánchez, el hijo de Eugenio R, que dos años antes, en 1966 había matado a su esposa Florencia en un caso de violencia doméstica. El Tribunal le rebaja la condena porque entiende que José, en parte, se defendía.

<<La sala segunda del Supremo ha rebajado la pena que la Audiencia Provincial de Barcelona impusiera a José R. R. (…)

En Pach del Penedés residía Florencia H. G., de cuarenta y seis años de edad (…) Presentó un día un cuadro de oligrofenia con brotes esquizofrénicos, por lo que tuvo que ser recluida (…) Repuesta de su enfermedad, Florencia regresó a su casa y hacía su vida normal cuando llegó a Pach del Penedés José R. R. de cuarenta y dos años de edad, natural de Montánchez (Cáceres) (…) Florencia y José se hicieron novios y contraían matrimonio canónico, en Villafranca del Penedés, el 20 de febrero de 1966.

Durante algunas semanas, al parecer, Florencia y José fueron felices en su matrimonio pero en la noche del 13 al 14 de abril de aquel mismo 1966 cuando ya José se había acostado, entró Florencia provista de un cuchillo de cocina, y atacó en la oscuridad a su marido (…)

José reaccionó rápidamente y luchó con su mujer hasta conseguir apoderarse del cuchillo. Ya con el arma en la mano, José derribó a Florencia y, ofuscado, produjo a su esposa numerosas heridas, algunas de las cuales interesaron el pulmón derecho, causando la muerte de la agredida.

La Audiencia Provincial de Barcelona condenó a José como autor de un delito de parricidio, con atenuante de legítima defensa, a quince años de reclusión y a indemnizar a los herederos de la víctima con ciento cincuenta mil pesetas.

Recurrida la sentencia (…) y de acuerdo con la tesis del abogado, el Supremo ha anulado la sentencia de Barcelona, dictando otra, en la que es condenado José como autor de un delito de parricidio con atenuante muy cualificado de arrebato u obcecación, a diez años de presidio>>.

Son más de mil las mujeres que han muerto a manos de sus maridos o ex maridos en España desde 2004. Son muchas más las víctimas que aparecen retratas en la prensa histórica, muchas veces con un enfoque machista, sensacionalista o macabro.

Ni una más.