miércoles, 17 de mayo de 2023

Historia del Jurramacho de Montánchez, protagonista indiscutible del carnaval


<< El carnaval es vivir al revés, no imitar, sino vivir de manera diferente a la del resto del año. En las ciudades carnavaleras de Extremadura, todos los años se dice que lo mejor del carnaval son los desfiles informales, cuando cada uno se disfraza de lo primero que se le ocurre y sale a desinhibirse, no a que lo vean de comparsa. El verdadero carnaval nace del pueblo en la Edad Media, el resto, los demás, son el producto de influencias italianizantes introducidas en la Corte madrileña entre los siglos XVIII y XIX. En Extremadura hay un carnaval auténtico, que no es de salón veneciano, teatro gaditano ni comparsa brasileña, un carnaval que no es de imitación, que no es para ser visto, sino para ser vivido. Les hablo del carnaval del pueblo cacereño de Montánchez, del que ya se habla en documentos escritos del siglo XVIII y que no se interrumpió nunca, ni con absolutismos, dictaduras ni guerras civiles. En tiempos de Franco, hubo un alcalde que durante el día dictaba un pregón prohibiendo el carnaval, pero luego, al llegar la noche, salían de su casa 300 jurramachos. ¿Y quién es el jurramacho, protagonista absoluto del festival montanchego? Se trata de una máscara perseguidora semejante a las existentes en otros lugares de España donde el carnaval conserva sus esencias medievales, una máscara perseguidora como los zamarrones, peliqueiros, botargas, marimantas, cigarrones, choqueiros, irrios y otros. Para convertirse en jurramacho basta con abrir el baúl y ponerse lo primero que se encuentre, después hay que cambiar de voz, parecer gordo si eres delgado y viceversa... Pero lo mejor es que vayan a Montánchez y conozcan el carnaval de verdad, el inimitable >> (De la Torre, J. R. (2008). Montánchez o el país del jurramacho, Hoy).


Cuarenta días antes de Semana Santa tiene lugar una fiesta única, auténtica e inimitable en Montánchez. Se podría decir que es otra fiesta muy tradicional en la localidad, San Blas, la que da comienzo al ambiente carnavalesco en Montánchez. La antropóloga extremeña Silvia Pérez Simón considera que “en relación con el tiempo de carnaval, por definición se entiende que lo constituyen los tres días antes del miércoles de Ceniza”, sobre todo en los entornos urbanos. Sin embargo, “habría que tener en cuenta un período precarnavalesco que en las zonas rurales de Extremadura comenzaría en torno a los Santos Inocentes, San Fulgencio, San Antón, San Blas o San Sebastián”.

En San Blas los vecinos de Montánchez llevan a cabo una serie de rituales muy vinculados a la luz y la purificación del alma. La esencia de la fiesta está en el desfile de tableros, donde las mujeres de la localidad vestidas con el traje regional portan sobre la cabeza un tablero adornado con manteles bordados sobre el que llevan dulces. También se lleva a cabo la velá, una hoguera que se prende al caer el sol y en la que se queman objetos de madera viejos y toda clase de restos de poda de los diferentes cultivos de la localidad.

Los carnavales, tradicionalmente, se desarrollaron en Montánchez el domingo, lunes y martes que precedían al miércoles de Ceniza con el típico entierro de la sardina. No obstante, se alargaba la festividad hasta el sábado o domingo siguiente, ya en plena Cuaresma, con el ancestral festival de Cintas a caballo y el baile de la Piñata. Hace algunas generaciones el festival era de gallos, muy similar al que se sigue celebrando en la vecina localidad de Albalá.


<< Los carnavales de Montánchez son sin duda una de las fiestas que, por su raigambre y popularidad, cuentan con una reconocida fama no sólo en Extremadura. El Jurramacho, el carácter distendido de los montanchegos y un ambiente festivo continuo son algunas de las claves de su singularidad. El origen del Jurramacho procede de una ancestral y curiosa costumbre de confeccionar disfraces que ha pervivido hasta nuestros días, convirtiéndose en el referente más característico y peculiar que identifica y diferencia el carnaval montanchego >>. (Jiménez Gómez, H. (2015) Montánchez, cuna del carnaval).

El tipismo del Jurramacho radica en que nadie; ni familiares, amigos o vecinos, reconozca al disfrazado. El Jurramacho aparece como un ser amorfo que transmite jocosidad tras un aspecto que roza lo macabro. El disfrazado llega incluso a falsear la voz para no ser reconocido, también se produce la inversión de sexos y la transformación completa de la apariencia física de la persona que hay bajo el traje de Jurramacho.

El disfraz se elaboraba con ropas diversas y viejas ya en desuso, almacenadas en baúles y arcones, muchas veces desde hace generaciones. La careta o máscara se confecciona con un pañuelo, antifaz o aprovechando la funda de lana que se utiliza para envolver los afamados jamones de la localidad; o bien, todos estos elementos de forma simultánea; esta curiosa tradición aún pervive. También se emplean pelucas, sombreros, barbas postizas y un largo etcétera de complementos.

El mejor disfraz de Jurramacho es sin duda el que con más originalidad combina prendas dispares, sin criterio alguno de moda o estética, con el propósito de no ser reconocido. Su impacto más característico es el ambiente jovial y la animación festiva. El Jurramacho recorre solo o en grupo, calles y establecimientos de la localidad para burlarse de amigos y visitantes. “¡A que no me conoces!, ¡Que no, que no me conoces!”, son las frases más repetidas por el Jurramacho.

Origen del Jurramacho de Montánchez

No es sencillo establecer el origen documentado de la tradición del Jurramacho, el emblema del carnaval montanchego. Se conservan, según diversos autores, documentos del siglo XVIII y XIX en los que se describe el ambiente existente en la localidad. Esta tradición está más que documentada y contrastada a lo largo de todo el siglo XX.

Muchas interpretaciones han girado en torno a la palabra “carnaval”. La mayoría de ellas derivan del latín carnelevarium o adiós a la carne, pero otras la remontan a la época de súmenos y egipcios hace más de 5.000 años. Las fiestas romanas que poseían un carácter carnavalesco eran las celebradas en honor del dios Saturno con un enfoque alegre y libertino. Donde se anulaban las distancias sociales tan arraigadas en aquellos tiempos. Se permitían incluso los juegos de azar y toda clase de diversiones.

Pilar Barrios, profesora de la Universidad de Extremadura, sostiene que “para saber el origen del carnaval es necesario remontarse a la época romana, concretamente a las fiestas Lupercales o incluso a las Saturnales, que eran las fiestas de la carne, del desenfreno, del vino, en las cuales estaban permitidos los excesos”. Estas fiestas se entendían como el momento idóneo para romper la norma y las exigencias sociales preestablecidas. Así el carnaval se convierte en la fiesta de la libertad, la alegría y el desenfreno por antonomasia. Todo esto antes del recogimiento propio de la Cuaresma.

En el contexto de la Edad Media, “carnaval” se refiere a la prohibición religiosa de consumir carne que abarcaba un período de cuarenta días, “la Cuaresma”. El carnaval siempre precede a la Semana Santa en todos los países de tradición cristiana.

<< En la Edad Media y el Renacimiento son comunes en toda Europa las festividades de carnaval basadas en representaciones y en donde la fiesta se concibe como una alteración del orden socialmente establecido, en la cual no había que enfrentarse a ninguna clase de autoridad y todo el pueblo participaba, encarnando la burla, la lascivia y el desenfreno. El disfraz permitía esconder la identidad de las personas, que así podían llevar a cabo todo tipo de acciones no permitidas fuera de estas fechas bajo el anonimato más absoluto >> (Barrios, P. (2018). El carnaval en Extremadura, una tradición ancestral, Servicio de Difusión de la Cultura Científica de la UEX).

Desde el prisma histórico-lingüístico, “Jurramacho” es un término utilizado en varias localidades de la Sierra de Montánchez y Las Villuercas con el sentido de “máscara perseguidora vestida con ropajes estrafalarios”. El término alude de igual modo a una “persona vestida de forma ridícula y extravagante”. Luis Chamizo recoge la expresión con el sentido de “mujer alta y desgarbada, hombruna”, influenciado ya por el término “marimacho”. La antigua expresión “moharracho”, con el mismo origen que “Jurramacho”, aparece en ‘El Quijote’, con el sentido de “persona que se disfraza en una función para divertir a los demás, haciendo gestos y ademanes ridículos"(del árabe hispánico muharraǧ/muharriǧ, y este del árabe clásico muharriǧ, «bufón»).

El traductor Aníbal Martín ahonda en este origen lingüístico de la palabra. Incluso señala que muchas veces, para aumentar la comicidad, sonoridad o carácter despectivo de la expresión, se hibrida con otras raíces, como en el caso de mamarracho con «mamar» (también presente, por ejemplo, en «mamandurria»). En la actualidad, la palabra árabe muharriǧ significa «payaso» (típico payaso de circo).  Para la pervivencia de términos como este tuvo bastante importancia la comunidad mudéjar (comunidades musulmanas en territorio cristiano), porque iban legando o contagiando a las comunidades cristianas determinadas expresiones. Este parece ser el caso del término que nos ocupa (y no que se trate de un morisquismo más tardío), ya que otras palabras con el mismo étimo árabe (homarrache, moharrache) aparecen ya recogidas desde el siglo XV en el diccionario.Por lo tanto, el origen más plausible de la palabra Jurramacho a juicio de Aníbal Martín «es que se trate también de un término procedente del étimo muharriǧ (que se suma a una amplia lista: momarrache, homarrache, moharrache, mamarracho, etc.)»; es decir, introducido en nuestro idioma muy probablemente, como muy tarde, en el siglo XV.

El historiador del arte Luis Enrique Flores señala que en pueblos como Alhama de Granada nos encontramos “la figura típica del jameño, con un enorme parecido estético y funcional con el jurramacho montanchego”. Algo parecido ocurre en el pueblo almeriense de Cuevas del Almanzora con las máscaras de fachá. Estos apuntes y parecidos más que evidentes refuerzan la posibilidad de la introducción del término y la realidad que designa en el contexto histórico de la dispersión de los moriscos de las Alpujarras granadinas en el último tercio del siglo XVI.

En la historia de España, los carnavales pasaron por diferentes épocas. Durante el reinado de los Reyes Católicos los disfraces eran una costumbre asentada. Carlos V y su hijo Felipe II los prohíben. Felipe IV los instaura de nuevo. Montánchez ha logrado conservar la esencia y el tipismo de sus carnavales a lo largo de la historia, superando con burla, ironía, liberación y diversión las prohibiciones tajantes del Absolutismo del siglo XVIII, los enfoques más elitistas del Reformismo Liberal del XIX o la férrea dictadura franquista en el siglo XX. Una fiesta cuya idiosincrasia ha pervivido sin interrupción hasta el siglo XXI.

Un carnaval documentado desde el siglo XVIII

Desde finales del siglo XVIII se empiezan a publicar autos e instrucciones judiciales en los que las autoridades nacionales y provinciales señalan cómo proceder en los diferentes municipios en relación a las fiestas de carnestolendas.

<< Auto acordado publicado por vando, y edictos fijados para contener los alborotos, y desordenes que ocurren en los dias de carnabal (…) Noticioso el acuerdo de los desordenes, quirreiras y desamores que ocurren en el presente tiempo del carnabal del que suelen resultar fatales consecuencias y para ebitar en lo posible lo referido (…) prebiendo que ninguna persona de qualquier estado, calidad, o condicion que sea incurra en el esceso o abuso de tirar agua, salbados, ceniza ni otra cosa alguna a las gentes, tomandolo por razon de fiesta o chasco, ni se junten en quadrillas, dentro o fuera de poblado, armando algazaras, alborotos, vailes escandalosos, ni con disfrazes, vajo la pena, á los hombres de quince dias de servicios en los trabajos públicos (…) á las mugeres de ocho dias de prision (…) haciendo responsables á los respectivos padres, amos y superiores (…)1 >>

En la villa de Cáceres el 25 de febrero de 1797 se publica otro bando en relación a las fiestas de carnestolendas con las instrucciones a seguir por parte de los responsables municipales y el resto de poblaciones de la provincia:

<< (…) Prohiviendo en el tiempo de Carnabal á toda clase de persona, los disfraces de mascara por las calles y casas particulares (…) vaxo las penas extablecidas por series y reales autos acordados (…) vaxo la pena al que fuese Noble de gixo años de presidio, y del Pleveyo de otros tantos de galeras, y aunos y otros de treinta dias de cárcel; y además en la de mil ducados a toda persona de qualquier carácter que se le fustigue haver dañado, o estado en alguna casa con mascara o disfraz (…)2>>.

El Secretario de Estado y de Gracia y Justicia manda una Real Comunicación a la Real Audiencia de Extremadura el 2 de febrero de 1826. El Regente de la Real Audiencia deriva a su vez esta Comunicación “a los jueces, cavezas de Partido de esta provincia” el día 11, en virtud de la cual: “los tribunales solo baguen la semana santa, dias primero y segundo de Pascua, primero de carnabal y todos los dias en que nose puede trabajar”3.

Diversas ordenanzas y leyes de ámbito municipal publicadas desde muy antiguo trataron de suavizar el ambiente festivo en la localidad de Montánchez para recibir con religiosidad la llegada de la Cuaresma, dedicada al ayuno y a la penitencia.

En un documento del 2 de febrero de 1836 se describe el ambiente de los días de carnaval de Montánchez con asonadas y bullicios que perturbaban la tranquilidad pública, los tres días de carnestolendas, que comenzaba el domingo titulado de carnaval, lunes y martes. Se preparaban alborotos, bailes y embriagadeces (sic), así como las rudas costumbres que eran sancionadas por la autoridad con una multa de dos ducados” (Solís Trejo, J. (2000). Los carnavales de Montánchez. Senderos de Extremadura).

Las Ordenanzas Municipales de Montánchez publicadas en 1906 prohibían específicamente a las “máscaras” hacer parodias, ejecutar actos y proferir expresiones que ofendiesen cualquier religión, la moral o las buenas costumbres, llegando a ser “castigados con multas de una á diez pesetas”:

<< Art. 13.- En los días de Carnaval se permitirá circular por la vía pública con disfráz que no represente estado religioso, autoridad militar ni civil, desdiga de la decencia ni ofenda á la moral, debiendo quitarse las personas disfrazadas el antifáz ó careta para entrar en cualquiera establecimiento público y siempre que la autoridad lo exija prohibiéndose el uso de aquélla después del anochecer.

Art. 14.- Se prohibe á las máscaras hacer parodias, ejecutar actos y proferir expresiones que puedan ofender á cualquiera religión ó á la moral ó buenas costumbres; así como dar bromas que molesten á los transeúntes y arrojar sobre éstos ó en las casas, cualesquiera objeto que pueda causar daño.

Art. 15.- Igualmente se prohibe el uso de toda clase de armas, debiendo ser fingidas las que se lleven por las máscaras >>.

No es sencillo encontrar documentación que atestigüe la importante tradición del carnaval basado en la figura del jurramacho en la localidad de Montánchez. En este sentido es pertinente señalar que en 1934 el alcalde de la localidad decide quemar buena parte del archivo municipal. Fueron muy pocos los documentos que sobrevivieron a este impresentable acto.

No obstante, en la prensa histórica de Extremadura se han podido localizar algunos textos referidos al carnaval de Montánchez. En algunos artículos periodísticos publicados a principios del siglo XX se aprecia que no todos los vecinos del municipio ven en los Jurramachos un modelo a imitar, se pretende dar un enfoque más elitista a esta fiesta.

En ‘El Bloque: periódico demócrata’, el 10 de marzo de 1908, Maximiliano publica un artículo que dice:

<< Indudablemente el carnaval progresa por aquí. Progresa porque van disminuyendo las máscaras mamarrachas, los osos amaestrados hartos de vino, las mujeres disfrazadas con pantalones atentando contra su propio pudor y en cambio la máscara que no usa palabrotas, ni se viste de adefesio, sino que se disfraza con gusto y embroma a sus amigos con bromas cultas, de buen género, usando modales correctos, va aumentando algo con el atractivo de los bailes de disfraces (…) >>.

Ese mismo día en ‘El Noticiero: diario de Cáceres’, Jesús Serrano, publica una “crónica de Montánchez” en la que hace referencia a la vertiente más exclusiva y elitista del carnaval montanchego:

<<Anoche tuve el gusto de asistir a un gran baile que el Círculo de la Amistad dio, como despedida a la fiesta del placer y la alegría, el diavólico (sic) y disoluto Carnaval (…) La orquesta, compuesta de violines, flautas y guitarras, ejecutó piezas escogidas resultando un baile encantador presidido todo él, por la más ruidosa y atrayente de las alegrías (…) Al filo de la medianoche la música dejó de oír sus acordes, la concurrencia desfiló, las luces se apagaron y todo quedó en silencio (…) >>.

Tampoco las calamidades y los desastres históricos disminuían su celebración. Los carnavales de 1918, a pesar de la fatídica mortandad derivada de la epidemia de gripe en todo el país, resultaron, según testimonios de sus contemporáneos, “mucho más animados y divertidos que en años anteriores” (Solís Trejo, J. (2000). Los carnavales de Montánchez. Senderos de Extremadura).

Ni los momentos más convulsos a nivel político y social en el contexto del país a lo largo de las primeras décadas del siglo XX hicieron que la afición de la ciudadanía de Montánchez por sus carnavales disminuyera. Así, en plena dictadura del general Primo de Rivera, encontramos un documento fechado el 14 de febrero de 1929 en el archivo municipal sobre una multa de dos pesetas impuesta por el alcalde de la época a un vecino por “infringir los bandos publicados por esta Alcaldía por los disfraces de máscaras”.

Los días que duraba el carnaval las máscaras tenían por costumbre, desde muy antiguo, recorrer las calles de la localidad, la Plaza Mayor y por último desfilar hasta el Castillo. Tabernas, bares, salones y casinos mantenían un ambiente festivo permanente.

Las Estudiantinas constituían otro referente del carnaval de Montánchez. Se trata de grupos de chicos y chicas de la localidad y de otros pueblos de la comarca que procuraban llevar trajes idénticos y recorrían la localidad de barrio en barrio, cantando coplillas antiguas y otras que improvisaban a cambio de alguna moneda:


El carnaval ya empezó,

la música es la que anima;

con permiso del alcalde

cantamos la Estudiantina:

Ya viene la Estudiantina

¡Cosa muy fina!

de mocitas de Montánchez,

que Dios me guarde;

que vienen a divertirse

con permiso de sus padres.

(Letra de una Estudiantina de 1929)


Aunque somos bandoleros

que de la Sierra venimos,

échenos una peseta

pa pagar los vestidos.

No queremos esta vida,

que queremos trabajar,

que venimos de bandidos

p’alegrar el carnaval.

(Letra de la Estudiantina de 1933)


Con el permiso de ustedes

y de todos en general,

vamos a cantar esta copla,

que a nadie le ofenderá

Los carnavales,

la fiesta de las mujeres.

Quien no embarque este año,

que embarque el año que viene

(Coplilla de transmisión oral en Montánchez)

El miércoles de Ceniza finalizaba, de forma oficial, el carnaval con el tradicional entierro de la sardina y sus tristes plañideras; se hacía un desfile hacia el Castillo (incluso a caballo), con sillas colocadas a lo largo del itinerario. El carnaval tocaba a su fin.

Virgen del Castillo,

Patrona de acá,

de ti me despido

hasta otro carnaval.

(Letrilla popular cantada el miércoles de ceniza).


No obstante, los vecinos de Montánchez son muy dados a alargar las fiestas todo lo que pueden. Los carnavales no iban a ser una excepción. Por ello, el domingo o lunes siguiente al miércoles de ceniza, se celebraba el festival de cintas a caballo durante el día y el baile de la Piñata durante la noche.

Una de las particularidades más evidentes del carnaval de Montánchez es que aunque fueron prohibidos, en ningún período histórico se hizo efectiva esta prohibición; y esto es así porque todas las clases sociales lo aceptaban y asumían como algo propio. No solo era una fiesta popular, también a las clases acomodadas del pueblo les gustaba esta festividad. Durante el franquismo, ni siquiera en los duros años de postguerra y escasez, pudo hacerse efectiva la prohibición del carnaval montanchego.

Las personas mayores de la localidad cuentan una anécdota a este respecto. Así, en los años 40-50 llegó un nuevo sargento de la Guardia civil a la localidad que intentó hacer efectiva la prohibición. Por ello, acompañado de otros guardias, se presentó en el baile y se dispuso a clausurar la fiesta. Pero los vecinos disfrazados empezaron a correr de un salón a otro de la discoteca burlando a los agentes.

Aquí se disfrazaba todo el mundo, desde el notario, al juez comarcal y municipal o el alcalde, pasando por cabreros, pastores y porqueros. Fue sin duda esta popularidad transversal la que hizo que el carnaval basado en la figura del Jurramacho perviviera hasta nuestros días.

Los testimonios orales de las personas de más edad también cuentan que los días más potentes del carnaval montanchego eran el domingo y el martes. Esos días hasta Montánchez venían visitantes no solamente de los pueblos de la comarca, también de poblaciones más importantes y distantes como Cáceres, Miajadas; e incluso Villanueva y Don Benito.

La participación masiva y transversal de la ciudadanía de Montánchez en las fiestas de carnaval fue sin duda el elemento más característico y que con mayor ahínco hizo que perdurasen de una forma prácticamente invariable a lo largo de las generaciones. Sin embargo, puede que la importante emigración y la consecuente sangría poblacional que sufre Montánchez a partir de los años 50 y 60 marquen el punto de inflexión en esta fiesta.

No es hasta los años 80, en pleno contexto histórico de la Transición a la democracia y la constitución de la Autonomía de Extremadura, cuando las autoridades municipales empiezan a preocuparse de forma oficial por la pervivencia de los carnavales de Montánchez. Es a partir de ese momento cuando desde el Ayuntamiento se empiezan a organizar desfiles de carrozas y comparsas, bailes de disfraces en diferentes salas o carpas, etc.

En 1981 se encuentra el primer programa oficial de los carnavales de Montánchez promovido y editado por el Ayuntamiento de la localidad. La fiesta da comienzo el sábado 28 de febrero con “una gran quema de fuegos artificiales y a continuación bailes hasta la madrugada en distintas salas”. Los días siguientes; domingo 1 de marzo, lunes 2 y martes 3, se llevan a cabo gran cantidad de actividades como el desfile de carrozas y charangas y numerosos concursos de disfraces con premios para diferentes grupos de edad.

También es en 1981 cuando se localiza una noticia en el diario ‘Hoy’ en relación a los carnavales de Montánchez:

<<Pasó el carnaval con su ráfaga popular de alegría. A decir verdad han sido nuestros pueblos, donde la sociedad está menos masificada, donde han tenido un verdadero arraigo (…) Donde los carnavales han sido un renovado o nuevo acontecimiento ha sido en los pueblos, como Montánchez, donde se ha sabido implicar al pueblo en esta sana alegría, con participación total, y sobre todo el mejor humor y los buenos modos de desenfadada convivencia que son obligados para que estas fiestas persistan y arraiguen. Los carnavales de Montánchez (…) han hecho vibrar al pueblo de alegría y pasárselo magníficamente a los muchos forasteros que han querido compartir estas jornadas con los montanchegos (…) Magníficas carrozas, en las que se volcaba lo mejor del tipismo extremeño, barajadas con comparsas, máscaras, concursos de disfraces y otras humoradas que han sabido poner una nota de buen tono en esos resucitados carnavales (…) Fueron seis las carrozas que participaron en el certamen y el jurado, formado por forasteros por aquello de la imparcialidad, pasó serias dificultades para seleccionar las tres mejores. Ganaron las confeccionadas por las peñas “Los Terribles”, “El Estrujón” y “La Pitarra”, pero también pudo resultar vencedora, por ejemplo, la del Hogar de Ancianos. El pueblo se volcó después en atenciones con los forasteros que se sumaron a la fiesta, entre los que cabe destacar el gobernador civil de la provincia, presidente de la Diputación, alcalde de Cáceres y el coronel jefe del CIR, quien reforzó de su peculio el premio a la mejor carroza>>.

Los carnavales de Montánchez en el siglo XXI

<< Tal vez lo que nos hable más fielmente del carácter de Montánchez sean los carnavales. La figura central es el jurramacho, pero no es solo una figura, es una estética. La estética de convertirse en otro, en un ser amorfo y estrambótico, disparatado y sorprendente. Con ropas viejas y en desuso, a menudo con olor a baúl, tapándose la cara con el paño con el que se envuelven los jamones, el jurramacho posee una belleza expresionista, pero bienhumorada, atrevida y crítica. Tal vez por eso estos carnavales incomodaron tanto al poder, y tal vez por eso, desde la Edad Media en que hunden sus raíces, ningún político ni religioso doctrinario pudieron prohibirlos. El carácter de Montánchez odia la prohibición, porque en medio de una naturaleza tan desbordante, ¿quién atiende a leyes que no sean las propias? Aquí todo fluye de forma natural (…) >> (Doncel Manzano, D. (2016). Sopa de almendras en Montánchez. El País).

Hoy en día la celebración del carnaval en Montánchez difiere poco del pasado. Amenizado con música y charangas, sigue siendo llamativo el ambiente festivo y continuado. Como novedad respecto a décadas anteriores, el domingo de Carnaval tiene lugar un Desfile de Carrozas y Charangas por las calles céntricas de la localidad, representando escenas de costumbres tradicionales y con un enfoque localista (la trilla, el estrujón, la matanza, la vendimia…) unidas a otras parodias de la actualidad de ámbito regional o nacional.

La fiesta es constante tanto de día como de noche; son muy populares el baile de disfraces con orquesta y «La matiné», a la hora del café y amenizada con actuaciones musicales. Diferentes concursos premian al Jurramacho más representativo del carnaval, la imitación más veraz o el disfraz más atrevido, con categorías individuales o colectivas; las charangas y carrozas obtienen también sus respectivos reconocimientos. Desde el año 2015 se viene celebrando una concentración de Jurramachos en las inmediaciones de la Plaza de España y de entre los participantes se designa el Jurramacho Mayor y el Jurramachino Menor de los carnavales de ese año en Montánchez.

El martes de Carnaval pone fin a la fiesta, de forma oficial, con el Entierro de la Sardina y la degustación de sardinas y vino de la tierra. Sin embargo, el sábado siguiente (o domingo), jinetes y caballos engalanados participan en la vistosa Carrera de Cintas y por la noche se celebra el tradicional Baile de la Piñata, con premios para solteros y casados.

En el siglo XXI el carnaval de Montánchez basado en la figura del Jurramacho ha conservado su esencia y particularidades. Sin embargo, las modas y el influjo de los disfraces manufacturados han reducido de forma notoria la presencia de Jurramachos por las calles de la localidad de tal forma que el disfraz de Jurramacho está en serio peligro de extinción.

Debido a este serio riesgo de desaparición que presenta el Jurramacho en la actualidad, el Ayuntamiento y la sociedad piden que los carnavales de Montánchez y su emblema, el Jurramacho, sean reconocidos como Fiesta de Interés Turístico Regional.

Porque es necesario dignificar y aportar valor al disfraz tradicional. Reconocer y distinguir uno de los festivales más antiguos de Extremadura. Fomentar las tradiciones del ámbito rural y conseguir un impacto positivo en las sociedades de los pueblos a través del turismo y su incidencia en la economía. También, porque es fundamental y necesario otorgar al Jurramacho una categoría que dote a sus protagonistas de cierta autoestima y reconocimiento social e institucional.

Justificación del cumplimiento de los requisitos para la declaración de Fiesta de Interés Turístico de Extremadura del carnaval de Montánchez

Los requisitos para la Declaración de Fiesta de Interés Turístico de Extremadura están recogidos en el artículo 2 del Decreto 152/1997 de 22 de diciembre y son 5 puntos:

-1. Originalidad de la celebración

-2. Valor cultural

-3. Antigüedad mínima (al menos diez años)

-4. Capacidad de atraer visitantes de fuera de la región

-5. Celebración de forma periódica.

El principal rasgo que caracteriza al Jurramacho es su larga tradición y originalidad. Son pocos los carnavales que han perdurado durante tanto tiempo de una forma tan auténtica. El disfraz es lo más característico, sin duda. Se utilizan ropas viejas ya en desuso, buscando una apariencia irreconocible. Se combinan las ropas para tener un aspecto macabro, estrambótico, cómico o una inversión de sexos. El objetivo principal del disfraz es que no te reconozcan amigos, familiares o vecinos.

Otro aspecto fundamental del personaje de Jurramacho, y de ahí su verdadera originalidad, reside en la forma de actuar de este. El disfrazado de Jurramacho cambia por completo su apariencia física, y también su comportamiento, su forma de caminar; incluso su forma de hablar.

El Jurramacho pone la voz en falsete. Se cubre la cara con una máscara que normalmente se hace con la funda de lana con la que se cubren los famosos jamones de la localidad. Muchas veces se pinta sobre la funda que tapa la cara los principales rasgos del rostro. También se emplean antifaces, toda clase de caretas, pañuelos y demás complementos.

El Jurramacho es un ser amorfo, anónimo y ambiguo que suele disfrazarse solo o en grupos de amigos y que interactúa con personas tanto disfrazadas como no disfrazadas. Lo habitual es que los comentarios sean chascarrillos, chismes o burlas que tratan la actualidad del municipio.

El valor cultural de los carnavales de Montánchez basados en la figura del Jurramacho es muy marcado, sobre todo, por su larga historia. Son muy pocos los casos de una fiesta tan antigua en Extremadura. Otra particularidad es que, aunque el disfraz de Jurramacho estuvo prohibido a lo largo de muchos períodos históricos, nunca se pudo hacer efectiva esta norma. En Montánchez la población se siguió vistiendo de Jurramacho en contextos tan complejos como la epidemia de gripe, la guerra civil, postguerra y franquismo.

El disfraz de Jurramacho produce un efecto fundamental en la celebración, y es que iguala a todos los participantes, pues los convierte en un ser anónimo hasta que la persona que hay detrás decida hablar con tu voz, quitarse la máscara o directamente revelar su identidad. Los carnavales de Montánchez son una tradición muy democratizadora desde una perspectiva social. Además, la participación es transversal entre la población de Montánchez, desde niños muy pequeños, pasando por todos los segmentos de edad, hasta personas de edad avanzada.

La participación de la ciudadanía y el propio disfraz de Jurramacho típico del carnaval de Montánchez hacen de esta celebración una ocasión única en la que lograr una verdadera integración de los visitantes y turistas. Sobre todo si utilizan el disfraz típico y copian la manera de actuar de los Jurramachos. El fin último de este personaje es el anonimato para divertirse con mofas, bromas y chascarrillos que comparte con otros Jurramachos.

<< Los carnavales son una de las festividades más importantes a destacar en el calendario extremeño, relacionada con señas de identidad, transmisión de valores y una tradición que se ha transmitido a través de sucesivas generaciones, muy especialmente en el ámbito rural >> (Barrios, P. (2018). El Carnaval en Extremadura, una tradición ancestral. Servicio de Difusión de la Cultura Científica de la UEX).

El carnaval de Montánchez protagonizado por el Jurramacho potencia de una manera evidente una serie de valores y principios positivos entre la ciudadanía residente en el municipio y las personas que lo visitan. Son numerosos los grupos de amigos que se reúnen en una misma casa para disfrazarse de Jurramacho y salir juntos, en cuadrilla, a llenar las calles y establecimientos de Montánchez. El Jurramacho busca, sobre todo, pasárselo bien y hacer disfrutar con el mejor humor a los espectadores que no van disfrazados. Es una fiesta en la que los principios de convivencia, tolerancia, libertad, respeto y reconocimiento de la diversidad impregnan a todos los participantes.

También tiene esta fiesta efectos muy positivos en la psicología de los participantes. El disfraz de Jurramacho ha sido considerado siempre como un elemento de liberación y desinhibición muy importantes para la población local. Pensemos sobre todo en esto desde un prisma histórico, en sociedades mucho más cerradas, conservadoras y tradicionales que la actual.

Esta fiesta es una seña de identidad fundamental del pueblo de Montánchez desde hace muchas generaciones. Los vecinos de Montánchez reconocen la importancia y tradición del Jurramacho y lo asumen y potencian como algo propio. Una tradición que se ha ido heredando de padres a hijos y que ha variado en esencia muy poco a lo largo de los siglos.

Otro aspecto a tener en cuenta es el trabajo previo que se ha venido haciendo en cuanto a la promoción de esta fiesta y la fama y el reconocimiento histórico con el que cuentan los carnavales de Montánchez. Esto lo podemos apreciar por el gran número de noticias protagonizadas por el Jurramacho en medios de comunicación de carácter regional y nacional.

<< El Carnaval de Montánchez es uno de los más antiguos e interesantes de España, especialmente por la figura del Jurramacho, su máximo representante. Los orígenes de la celebración del Carnaval en Montánchez se remontan en el pasado hasta una fecha por delimitar pero que con toda seguridad se esconde varios siglos atrás en el tiempo. Durante sus muchos años de celebración ha permanecido siempre invicto frente a numerosos intentos de censura y prohibiciones a lo largo de la historia de España, la última ocurrida durante el franquismo. Hoy en día es la fiesta por antonomasia de Montánchez y hasta ahí siguen acudiendo año tras año miles de visitantes que se funden junto a los vecinos del lugar en sus días más divertidos>> (2014). El carnaval de Montánchez. España Fascinante).

<< (…) Aquí llegamos al fondo del asunto: el carnaval sólo tiene sentido cuando es auténtico. El carnaval, como toda farsa, necesita partir de la verdad. En Cádiz hacen un carnaval que es Cádiz. Y por eso es una maravilla. En Santoña celebran una fiesta que tiene todo el descaro del puerto de Santoña, y por eso funciona. En Montánchez, el jurramacho y en Galicia, el entroido. Da igual, hay muchos. Lo importante es que todos estos carnavales utilizan la máscara para contar una verdad local, una verdad que a menudo no puede decirse a cara descubierta >> (Gómez, J. (2017). Carnaval, El Mundo).

<< (…) Dentro de Cáceres, Navalmoral de la Mata es famoso por la celebración de los carnavales conocidos como los Carnavales del Campo Arañuelo. Atraen cada año a miles de visitantes y la fiesta está declarada como de Interés Turístico Regional. De un carácter especial es el Carnaval jurdanu (…) En Montánchez predomina el ambiente jovial y distendido de los jurramachos, seres amorfos que visten mezclando prendas dispares, para no ser reconocidos y transmitir comicidad con sus máscaras, obtenidas a partir de los paños que envuelven sus famosos jamones (…) >> (Herrero Uceda M. y E. (2012) Mi Extremadura. La cultura rural. pp. 36 y 37).

<< El anonimato es uno de los principios que rigen a los que participan en la mayoría de los festejos del carnaval cacereño (…) Entre las poblaciones que destacan por la originalidad de sus disfraces, ya se presenten tanto a nivel individual como en grupos y comparsas, hemos de citar a Montánchez (...) >> (Domínguez Moreno, J. M. (1995) Los carnavales en la provincia de Cáceres. Revista de Folklore, pp. 3-13).

<< Hay jurramachos, sí, pero cada vez menos. "Y es una pena", dicen las personas mayores de Montánchez. Además, como buenos personajes de carnaval auténtico, estas máscaras amorfas, cuyo objetivo es confundir al personal y que nadie conozca su identidad, van a su aire y se echan a la calle cuando les viene en gana. Tienen su hora, a las 20.00, de sábado a lunes; también desarrollan toda su capacidad de juego, provocación y ambigüedad en los bailes de matiné (hacia las tres de la tarde) y nocturnos (a partir de las diez de la noche) que se celebran de sábado a martes. Un documento de 1836 refleja las "asonadas y bullicios que perturbaban la tranquilidad pública" de un carnaval que se despliega el domingo en desfile de carrozas y charangas. El sábado de piñata, 12 de marzo, hay carrera de cintas a caballo >> (Sánchez Gómez, M. A. (2011) El parto de la tía Rechonchona, El País).

<< (…) En Extremadura, por fortuna, los carnavales han sido siempre sinónimo de alegrías populares y de celebraciones pintorescas y ancestrales, que han sabido mantener por siglos un sello especial con muchos ejemplos regionales. Impertérritos al tiempo se han mantenido para bien, celebraciones propias de estas tierras tan llamativas y originales como el histórico “Peropalo” de Villanueva de la Vera, los populares “Jurramachos” de Montánchez, los sorprendentes “Carnavales Jurdanos”, los emblemáticos “Carnavales Romanos” de Mérida, los admirables “Carnavales del Campo Arañuelo” o los multitudinarios, aplaudidos e increíbles “Carnavales de Badajoz” >> (Blasco J. (2016). Carnavalendas seculares. Cadena SER).

El carnaval de Montánchez es un ejemplo típico de fiesta rural y, cumple, uno por uno, todos los aspectos mencionados por el autor Javier Marcos Arévalo en ‘Los carnavales como bienes culturales intangibles. Espacio y tiempo para el ritual’:

- Ritual y fiesta con un alto grado de participación.

- Hábitat natural en la calle.

- Mayor pobreza estética, falta de recursos y reutilización de los materiales.

- Ciclo de celebraciones más prolongado.

- Espontaneidad, imaginación y mayor diversidad de escenas y ceremoniales.

- Protagonizado por figuras y grupos en torno a las que gira el ritual.

- Presencia de animales, reales o figurados.

- Mayor transgresión de las normas e inversión de los valores dominantes.

- Mantiene expresiones de una antigua estética popular: tirar, arrojar, pegar, romper, violentar, cambiar las cosas de sitio…

- Expresiones orales, estética gestual y kinésica peculiar.

El Ayuntamiento de Montánchez, la Mancomunidad Sierra de Montánchez y la Diputación provincial de Cáceres vienen desde hace años trabajando en la potenciación y promoción de los carnavales de Montánchez. Se han realizado numerosos carteles y programas de esta festividad. También se han realizado numerosos trípticos y dípticos de promoción turística en los que se anuncia y pone en valor la figura del Jurramacho de Montánchez.

El Jurramacho es protagonista en varios cortometrajes rodados en la localidad, también de vídeos promocionales de turismo en el municipio y ha copado buena parte del espacio mediático en programas de televisión y radio de alcance regional. De igual forma, hay bastante contenido en redes sociales en relación con el Jurramacho de Montánchez.

Este personaje también se ha convertido en icono en el campo de las bellas artes y ha inspirado a diferentes artistas que lo han retratado y plasmado en cuadros, como Alwin van der Linde o José Luis Coch Laullón; muchos fotógrafos profesionales se acercan cada año para captar imágenes de esta fiesta. El Jurramacho también se ha convertido en un icono popular. Diferentes asociaciones de la localidad han empezado a poner en circulación camisetas y toda clase de merchandising con la imagen de un Jurramacho arquetipo estampado.

Es evidente que la difusión y promoción del carnaval de Montánchez debe seguir a todos los niveles; local, comarcal, provincial, regional y nacional. En este sentido, la declaración de esta tradición tan particular como Fiesta de Interés Turístico de Extremadura sería un argumento muy importante que aumentaría, sin duda, la relevancia de esta fiesta y el número de personas que quieren conocerla. También sería un reconocimiento y espaldarazo muy importante para la ciudadanía de Montánchez, que seguiría apostando, con más ahínco si cabe, por esta celebración.

Los requisitos de antigüedad mínima y celebración periódica los cumple sobradamente el carnaval de Montánchez fundamentado en la figura del Jurramacho. Desde hace siglos, sin interrupción, antes de que comience el período de la Cuaresma propio de la Semana Santa, se ha celebrado esta original y particular tradición. Los días propios del carnaval de Montánchez son el viernes, sábado, domingo, lunes y martes previos al miércoles de Ceniza.

La capacidad de Montánchez para atraer turistas y visitantes es muy marcada. No solo por su emplazamiento estratégico en plena Sierra de Montánchez, por su rico patrimonio histórico-cultural, gastronómico o natural. Montánchez también cuenta con un patrimonio inmaterial y folclórico muy importante, dentro del cual se encuadra el carnaval fundamentado en el Jurramacho.

La capacidad de Montánchez para recibir turistas, no solo de otros pueblos de la comarca o de Extremadura en general, sino de ámbito nacional o internacional es muy grande. En este sentido, desde hace años se ha ido incrementando la posibilidad de pernoctación de los visitantes de una forma muy notoria.

Son muchas las opciones que tiene el turista para quedarse unos días en la localidad: casas rurales diseminadas por todos los barrios del municipio y por la Sierra de Montánchez, hostales, hoteles, albergues… De igual forma, la oferta de servicios de restauración es muy amplia. La capacidad hotelera de todos los establecimientos del municipio supera el centenar de plazas.

También se ha creado una marca propia de promoción turística, ‘Montánchez, te va a encantar’, con muy buenos resultados en los años que lleva en funcionamiento y que ha servido para llamar la atención y atraer a miles de turistas y visitantes de muy diversos puntos geográficos. El último vídeo promocional lanzado por esta plataforma fue a inicios de 2020 y los protagonistas del spot eran el Jurramacho y el jamón de Montánchez.

El Jurramacho de Montánchez cumple, con creces, todos los requisitos marcados en el Decreto que regula la declaración de Fiesta de Interés Turístico de Extremadura.

Es una tradición con muchos siglos de historia, forma parte de la identidad de la ciudadanía de Montánchez. La participación de la sociedad es muy marcada y transversal. Es un tipo de carnaval rural del que se conservan pocos ejemplos en España y que merece todo el reconocimiento. También es una fiesta con un fuerte componente turístico y que, con una correcta labor de difusión y respaldo institucional, podría llegar a ser uno de los referentes turísticos de la comarca. La declaración de Fiesta de Interés Turístico será el impulso definitivo que necesita esta fiesta para seguir conservando su esencia otras tantas generaciones más.

<< Los vecinos de Montánchez disfrutan tanto del carnaval, que ni siquiera con Franco dejaron de celebrarlo. En la época de la dictadura, unos días antes de la fiesta, el gobernador civil enviaba un telegrama al alcalde para recordarle otra vez que la gente no podía ir disfrazada por la calle; pero en Montánchez nadie hacía caso. Entre risas se recuerda que un guardia civil que quería hacer cumplir la orden del gobernador terminó en el pilón. El celoso y mojado cumplidor del orden, aún tuvo que ver cómo su mujer era una de las primeras en ir disfrazada bailando por las calles y bailes (…)

Los vecinos ponen como ejemplo de buen jurramacho el caso de una vecina que trabaja en turno de noche en Cáceres y que en el último momento cambió el turno y se fue a disfrutar del carnaval, se disfrazó y se pasó la noche dando la tabarra a su marido, que pensó que había ligado (…) >> (2003) Jurramachos carnavaleros, Hoy, p. 1).

1 Bando publicado el 17/02/1792. AHPCC; legajo RA/226, carpeta 55.

2 AHPCC legajo RA/668, carpeta 39.

3 AHPCC legajo RA/263 carpeta 11.

miércoles, 3 de mayo de 2023

Festejos Taurinos en Montánchez, una tradición que se enraíza en el tiempo


No está claro en qué época tiene su origen la celebración de festejos taurinos en la localidad de Montánchez. La documentación más antigua que se conserva de esta tradición taurina en Montánchez la encontramos en un cuadro que retrata una novillada celebrada en el Castillo en ruinas. Este cuadro en la actualidad se encuentra expuesto en la ermita del Castillo de Montánchez y está fechado a finales del siglo XVIII. 

Sin embargo, es muy posible que los primeros festejos taurinos en Montánchez comenzaran antes. Desde mediados del siglo XVII, debido a las consecuencias de la guerra con Portugal, el Castillo queda en estado de ruina, sin alcaide y deshabitado.

Puede que, en este contexto temporal, a partir de mediados del XVII, se celebren los primeros festejos taurinos en el Castillo de Montánchez.

No obstante, las primeras referencias documentales conservadas en el Archivo Municipal datan de mediados y finales del siglo XIX. De principios del siglo XX hay una amplia diversidad de fuentes escritas documentales conservadas en el Archivo; algo que constata ampliamente el carácter centenario de la celebración de los Festejos Taurinos en Montánchez.

Siglo XIX, primeras referencias documentales de los Festejos Taurinos en Montánchez recopiladas en el Archivo Municipal

En 1846 se remite una provisión del Ayuntamiento Constitucional de Montánchez al Jefe Superior político de esta provincia. Se trata de la “certificación literal del acuerdo que la municipalidad que presido celebró en 16 de octubre último, señalando los regocijos y fiestas públicas que habían de tenerse en esta villa en la celebridad de las Regias Bodas de S. M. la Reina”, firma José María Orozco, alcalde de Montánchez.

En este mismo documento, el secretario del Ayuntamiento Juan Fernández, certifica que en el libro capitular de dicha corporación en el corriente año -1846- “se halla el que a la letra copio”:

<< (…) Que se oficie al Señor Cura Párroco con el objeto de celebrar una solemne misa en la iglesia de esta población invitando a su asistencia a las autoridades y personas notables de la misma en día 24:

Que en el 25 se ejecute una novillada con toro de muerte que se repetirá el 26 a estilo del país con iluminación en las tres noches referidas y replique general de campanas:

Que de la carne de los toros que se maten, se destine una porción suficiente para proporcionar a los presos de la cárcel de esta villa una abundante comida:

Que se destine medio caiz -equivalente a 179,36 litros- de trigo que se comprará con el producto que diese la restante carne de los toros que se venderá, y se amasarán dichas fanegas para repartir su pan entre los pobres y enfermos más necesitados de esta población, de los cuales hasta el número de ciento veinte (…) >>.

Sin embargo, esta celebración de los festejos taurinos en Montánchez en el mes de octubre es extraordinaria y excepcional. Se debe, sin lugar a dudas, a la boda de Isabel II, única hija de Fernando VII, celebrada el 10 de octubre de 1846.

A finales de siglo, en 1895, se encuentra la primera referencia en el Archivo Municipal de los Festejos Taurinos Tradicionales de Montánchez, celebrados en septiembre y en honor a la Virgen de la Consolación del Castillo.

Se trata de un escrito remitido el 6 de septiembre por el Gobierno Civil de la Provincia de Cáceres en respuesta a otro escrito del Ayuntamiento de Montánchez del 29 de agosto. El Gobierno Civil autoriza los Festejos Taurinos en Montánchez de esta forma:

<<En una de mis atribuciones que están conferidas y por decreto de esta fecha he acordado autorizar a Vs. para celebrar corridas de toros en la plaza mayor de esta villa los días 13 y 14 del actual -septiembre-; previniéndole adopte por su parte cuantas medidas sean necesarias para el sostenimiento del orden público en evitación de desgracias>>.

Un día después, el 7 de septiembre de 1895 el alcalde de Montánchez envía esta comunicación al Teniente Jefe de la Guardia civil de la villa:

<< Debiendo tener lugar en los días 13, 14 y 15 del actual los festejos con que este vecindario acostumbra solemnizar a su Patrona la Virgen del Castillo, los cuales atraen a la población gran número de forasteros; y como quiera que la gran aglomeración de gente pueda ocasionar algún disturbio y perturbar el orden público, con el fin de en lo posible que esto llegue a suceder evitando espero (ilegible) de V. que con la anticipación que crea necesaria dé las oportunas órdenes para que se concentren en esta villa fuerzas suficientes del instituto de su digno mando que puedan auxiliar a la autoridad en el cumplimiento de su misión>>.

Es por tanto a finales del siglo XIX cuando podemos situar el origen contrastado documentalmente de los Festejos Taurinos en Montánchez. Las características principales de estos festejos son que se celebran en la Plaza Mayor de la localidad, en septiembre, y en honor a la Patrona de la localidad, la Virgen del Castillo. 

Los Festejos Taurinos en Montánchez en el primer tercio del siglo XX

Desde tiempo inmemorial Montánchez ha sido un pueblo muy torero. A nuestros antepasados les encantaba esta celebración. Durante semanas, un grupo de mozos se encargaba de trasladar palos de castaño desde los Castañales hasta la Plaza de España. Allí, un grupo de hombres construía el tablao y, a cambio, ganaban parte de los ingresos por la venta de entradas para el festejo taurino.

Ataban palo sobre palo y de esta forma hacían las troneras, los tabicones y las gradas. Cuando el tablao estaba en construcción, un sentimiento muy especial recorría el interior de los vecinos. Los niños jugaban a los toros. El trasiego habitual de esta ubicación era mayor. Después se echaba algo de arena sobre la superficie. Entonces ya estaba todo listo. La Plaza estaba preparada. Ya se olía a fiesta.

Tradicionalmente las fiestas de septiembre de Montánchez –en honor a la Patrona de la localidad, la Virgen de la Consolación del Castillo- se han concentrado fundamentalmente en la Plaza de España, donde además de los festejos taurinos se hacían churros y se colocaban una gran cantidad de puestos ambulantes de chucherías. Incluso había una tómbola.

Cuentan los montanchegos más ancianos que la emoción era muy grande. El sentimiento de peligro era mayor. Muchos toreaban, daban una carrera frente al toro o se paseaban por la plaza. No había para muchas capas, de modo que usaban las chambras para instar al animal. A cada vasino de vino el mozo y no tan mozo montanchego se animaba más.

Los balcones de las casas de la plaza estaban a reventar de personas –muchos de ellos se alquilaban a precios desorbitados-. Las gradas llenas a rebosar. Incluso gente sentada sobre una cuerda tendida entre dos balcones. Gente hasta en los tejados de las viviendas. Los espectadores se llevaban las sillas y los bancos tinajeros de casa para colocarlas en las gradas y disfrutar de la festividad.

Nadie se movía de las gradas hasta que el mataor diera muerte al astado. Una tarea nada sencilla, pues el morlaco era de un tamaño considerable. Banderillas, picas y espadas para rebajar y tentar al animal. Medias lunas y excepcionalmente un tiro cuando la suerte del mataor era esquiva. Después este pasaba la capa por las gradas para pedir una propina a los espectadores. Una perra gorda o una perra chica, según la faena y el presupuesto, le echaban.

El 13 de julio de 1908 la Agencia de Negocios de Luis Grande remite al alcalde de Montánchez esta carta:

<<Mi distinguido amigo: (…) Y hoy lo hago remitiendo a V. nota de lo que se necesita acompañar cuando pidan la licencia para las capeas, y la certificación de la plaza y tablados que la dé un maestro de obras (…) En el apartado de toreros que han de lidiar o capear ponen Vs. una lista de 50 o 60 (…) >>.

Ese mismo año, 1908, el 27 de agosto, el Gobierno Civil de la provincia remite al Ayuntamiento de Montánchez la siguiente comunicación en relación a denegación de la autorización para la celebración de los Festejos Taurinos de Montánchez:

<< Con esta fecha de conformidad con lo prevenido en Real orden de cinco de febrero último y demás disposiciones dictadas posteriormente para su más exacto cumplimiento, he acordado denegar la autorización que solicita esa Alcaldía para celebrar capear los días 11 y 12 de septiembre próximo, previniéndole que le haré responsable del incumplimiento de esta providencia, así como de cualquier desorden que con tal motivo pudiera producirse a cuyo efecto deberá Vs. ponerse de acuerdo con el Comandante de puesto de la Guardia Civil y si fuese a su juicio insuficiente dicha fuerza lo comunicará con la necesaria antelación a este Gobierno para ordenar la concentración que proceda>>.

No obstante, el 6 de septiembre, también desde el Gobierno Civil, sale esta circular que recuerda al alcalde de Montánchez la prohibición de celebrar capeas:

<< Teniendo noticias este Gobierno de que en esa localidad se intenta celebrar capeas durante los días 11 y 12 del corriente mes, a pesar de haberse denegado en providencia de 27 de agosto último la autorización pedida para ello en oficio de esa Alcaldía fecha 19 del mismo mes, he acordado reiterar á Vs. en todas sus partes mi citada orden, previniéndole una vez más que le haré responsable de su incumplimiento, así como de cualquier desorden público que con tal motivo pudiera producirse>>.

Algo similar ocurre en 1911, cuando también desde el Gobierno Civil de la Provincia de Cáceres se deniega el permiso para las novilladas del 8 y 9 de septiembre:

<< Visto su oficio fecha 26 del actual en el que solicita autorización para celebrar novilladas en los días 8 y 9 de septiembre venidero he acordado participar a V. que no estando su petición la documentación que acompaña ajustada a las prescripciones de la Real Orden de 5 de febrero de 1908 y Circular de este Gobierno inserta en el Boletín Oficial del día 28 del corriente, no pudiendo concederle el permiso que solicita>>.

En la década de los 20 es mucho más amplia y diversa la información que se conserva sobre los Festejos Taurinos de Montánchez.

De 1920 nos encontramos con una carta de pago de 25 pesetas a José Díaz Valiente, subdelegado de medicina “por el concepto Inspección Sanitaria en la plaza de toros”.

Correspondiente al año 1923 se conserva en el Archivo Municipal el “pliego de condiciones bajo el cual ha de producirse la subasta para el remate de la plaza con motivo de la función de toros que ha de celebrarse en esta villa los días 7 y 8 de septiembre”:

<<1º. El rematante se obliga a traer dos toros de cuatro años de edad para arriba, con un peso de 18 arrobas cubiertas y sean o no de para la lidia han de estar dentro de este término municipal el veinticinco del actual para una Comisión del Ayuntamiento vaya a experimentarlos al sitio que la misma designe, en la inteligencia que de no tener la bravez necesaria se obliga a poner otros dos toros que reúnan las condiciones antes referidas el primero de septiembre próximo en este propio término para llevar a cabo el experimento que se menciona en esta conducción.

2º. El Ayuntamiento se reserva el tercer arco de los portales de arriba, sin que por ello tenga que abonar cantidad alguna al Rematante, siendo de cuenta de este todos los gastos que se originen para llevar a efecto la función, incluso los que proporcione la solicitud para el permiso que previamente ha de conceder el Gobernador civil de esta Provincia, así como las que se originen con motivo de la seguridad que ha de darse a la Calle del Palacio para encerrar en ella la capea.

4º. La plaza será adjudicada al individuo que haga mejores proposiciones siendo potestad de la Comisión que presida la subasta exigir al Rematante el fiador que estime conveniente para responder solidaria y mancomunadamente del cumplimiento de este contrato.

5º. Cualquier persona que haga proposiciones a la subasta, depositará previamente en la mesa de la Presidencia la cantidad de cien pesetas, la cual quedará a beneficio de la Corporación para incorporarla a los gastos de festejos, siempre que no cumpla con las condiciones estipuladas.

Montánchez, 7 de agosto de 1923. La Comisión>>.

Del 1924 se conservan tanto el pliego de condiciones para la subasta de la plaza como el acta de la propia subasta para los Festejos Taurinos que se van a celebrar en agosto en la localidad. Con ello, nos podemos hacer una idea aproximada de cómo se llevaba a cabo la contratación del ganadero y de las personas que construían los tablaos.

<< Pliego de condiciones bajo el cual ha de regirse la subasta para el remate de la Plaza, con motivo de la función de toros que ha de celebrarse en esta villa los días doce y trece de septiembre próximo venidero.

Primera. El rematante se obliga a traer dos toros de tres años de edad con un peso de diez y siete arrobas teniendo que estar dentro de este término municipal el quince del actual para que sean experimentados bajo la presidencia de una Comisión formada por Concejales del Ayuntamiento de esta villa y en el sitio que la misma designe, y para el caso de que sean rechazados por falta de bravor, quede comprometido a poner dentro del veinticinco del mismo mes otros dos toros en este término que reúnan las condiciones que se establecen para ser también probados por la Comisión en el punto designado por ella y si no sirven pierde el depósito y se hará otra subasta.

Segunda. El rematante queda obligado a traer de su cuenta tres toreros para que cualquiera de ellos realice a estoque la muerte de los toros que han de lidiar.

Tercera. Así mismo ha de traer cada tarde en que se celebre la función a las cabezas de ganado vacuno de un año en adelante para torearlas como capeas no siendo las de la segunda tarde las mismas que se torearan en la del día anterior.

Cuarta. El Ayuntamientos se reserva el tercer arco de los portales de arriba contando desde el que se cruza con el toril sin que por ello tenga que abonar cantidad alguna al rematante, siendo de cuenta de este todos los gastos que se originen para llevar a efecto la función incluso los que proporcione la solicitud para el permiso que previamente ha de conceder el Gobernador Civil, así como los que se ocasionen con motivo de la seguridad que ha de darse a la calle del Palacio para encerrar en ella la capea.

Quinta. Por la Alcaldía se darán las órdenes necesarias para impedir que se cuelguen en las fachadas tablones o sillas que sirvan de asiento para los espectadores.

Sexta. La plaza será adjudicada al individuo que haga mejores proposiciones, siendo potestad de la Comisión que presida la subasta, exigir al rematante el fiador que estimen conveniente para responder solidaria o mancomunadamente al cumplimiento de este contrato.

Séptima. No podrá vender la plaza el rematante hasta que no hayan sido aprobados los toros.

Octava. Cualquier persona que haga proposiciones a la subasta depositará en la mesa de la presidencia doscientas pesetas la cual quedará a disposición de la Corporación para incorporarlos a los gastos de festejos, si el rematante no cumpliera con cualquiera de las cláusulas que se establecen en el presente pliego devolviéndose el depósito constituido a los licitadores cuyas proposiciones no se hayan aceptado.

Montánchez, 3 de agosto de 1924. La Comisión>>.

<<Acta de subasta.

En la villa de Montánchez a tres de agosto de mil novecientos veinticuatro el Sr. Alcalde-Presidente y demás concejales que forman la Comisión para la función de toros que ha de celebrarse en esta villa los días 12 y 13 de agosto próximo, se reunieron en el Salón de Sesiones de esta Casa Consistorial al objeto de proceder a la subasta o remate de la Plaza donde ha de llevarse a efecto dicha función, y llegada la hora, por el voz pública se anunció iba a empezar el acto, dándose lectura por mí, el secretario del pliego de condiciones que encabezaron estas diligencias, presentándose el vecino de esta villa don Ataulfo Galán Mateos, casado, mayor de edad y labrador, quien depositó en la mesa de la Presidencia la cantidad de doscientas pesetas manifestando aceptaba con todas sus consecuencias el pliego de condiciones que se ha leído.

En este acto se presenta el vecino de esta localidad Zacarías Mateos Galán, casado, mayor de edad e industrial y dice que acepta también en todas sus partes el pliego de condiciones depositadas igualmente en la mesa de la presidencia doscientas pesetas.

En virtud de que los dos vecinos licitadores han hecho iguales proposiciones, se arbitró por la presidencia que de no mejorar la oferta, incluso ofreciendo una peseta más para incorporarla a los gastos de festejos, sería adjudicado el remate al primer licitador apercibido el remate por cinco minutos, transcurridos que fueron, sin que se mejorara el pliego de condiciones por ninguna otra persona, le fue adjudicada la subasta al primer postor don Ataulfo Galán Mateos y siendo persona de confianza para el cumplimiento de este contrato, la Comisión acuerda no exigir fiador alguno. Devolviéndose a don Zacarías Mateos Galán las doscientas pesetas que había depositado.

Con lo cual se terminó el acto firmando la presente la Comisión el rematante de que por el secretario certifico>>.

Del año 1925 se conserva en el Archivo el acta de la subasta de la plaza de toros para los Tradicionales Festejos Taurinos de Montánchez en Septiembre:

<<En la villa de Montánchez a veinte de agosto de 1925, la Comisión nombrada al efecto se constituyó en el Salón de Sesiones de esta Casa Consistorial al objeto de proceder al remate de la plaza pública para la función de toros, que ha celebrarse los días once y doce de septiembre reunidos. Llegada la hora se procedió a dar lectura del pliego de condiciones.

Acto seguido por el voz pública se dieron en repetidas veces llamando licitadores.

En este acto se presenta el vecino de esta villa, don Zacarías Mateos Galán, el cual deposita sobre la mesa de la presidencia doscientas pesetas manifestando que acepta en todas sus partes las cláusulas que se contienen en el pliego.

Transcurrió con exceso la hora señalada sin que se presentara ninguno otro postor, la Comisión presidida por el Sr. Alcalde, por unanimidad acordó adjudicar el remate de la plaza a favor del único licitador el cual firma la presente con los señores concurrentes, de que por el Secretario certifico>>.

Respecto a la celebración de los toros en Montánchez, pero en 1922, habla el diario cacereño ‘La Montaña’ en su edición del 19 de octubre de 1925. En la sección “Audiencia territorial. Sala de lo criminal. Señalamientos” se recoge esta información:

<<También para mañana está señalada la vista de una causa procedente del Juzgado de Instrucción de Montánchez, seguida contra Manuel Fragoso Caro, que en la tarde del 8 de septiembre de 1922, aprovechando la circunstancia de que había fiesta de toros, penetró en el corral de la casa morada que en Montánchez habitaba en aquella fecha con su familia José Galán, y poniéndose encima del hombre del que acompañaba, hoy declarado rebelde, penetró por un ventanillo que está a tres varas del suelo y saltando la cerradura de un arca que en ella había, sustrajeron del expresado mueble 45 pesetas en monedas, llevándose también unas copas tasadas en 18 pesetas y recuperadas después (…) >>.

Será en los años de la Dictadura del general Primo de Rivera cuando la presencia de los Festejos Taurinos en la prensa de la época tenga su mayor alcance y dimensión.

El 15 de septiembre de 1927 aparece publicado en el diario de la provincia de Cáceres ‘Nuevo Día’ una crónica titulada “Vida provincial. Montánchez al día” y firmada bajo el pseudónimo de Juan de Montánchez, que describe de esta manera las fiestas de toros en la localidad:

<< Nuestras fiestas

(…) Montánchez, como decíamos antes, celebra con júbilo sus fiestas favoritas y ha despertado del sueño estival, del poder de los días monótonos y apacibles, surgiendo hoy diáfana, radiante…

Aquí el principal aliciente son los toros. Debíamos ir encauzando los que sentimos intensamente la vida, a los pueblos por otros derroteros, por otros festejos donde el pueblo se divierta sin la pavura y el temor de las tragedias de los toros. Admiramos a pesar de todo esta fiesta por lo que tiene de brava y romancesca, aunque repetimos que hay que ir infiltrando en las muchedumbres el apartamiento de estos espectáculos que nada tienen de cultos ni de progresivos.

Por la tarde se ha encerrado el toro con la protesta de todos, pues parece manso, un verdadero buey. Aquí la condescendencia con los empresarios ha sido lamentable.

Los toros

La tarde es despejada y azul. Tarde propia de toros. En los tablados y balcones se agolpa una abigarrada multitud. Muchas mujeres se adornan con la clásica mantilla, y están guapísimas. La música toca con entonación admirable un alegre y castizo pasodoble torero (…)

Han salido unas vacas mansísimas. ¿Para qué traerían este ganado? ¿Querrían huirlas sus dueños? No se nos alcanza presentar un ganado de carreta. Se espera al toro. Se ha soltado, éste adornado de rejones. Es manso perdido y no embiste. Nos aburrimos y los esperábamos, pues, no ha debido consentirse este buey. Los torerillos lo han toreado como han podido. Ha cogido a un torero y la gente se ha emocionado. La cogida no ha podido ser más aparatosa. Enseguida ha acudido a curar al herido, nuestro querido amigo el doctor don Amador Díaz, verdadero prestigio de la medicina y de Montánchez.

Confiemos todos en su gran pericia y en sus dotes de feliz operador. Ha terminado el toro y todos han protestado de la sosería de la corrida. Esperábamos que “Josele” torero de Madrid, pero que sus padres son de aquí hiciera algo. En Torremocha esperamos que luzca su arte. Montánchez, puedo tener un buen torero en Rosendo Fernández. ¡Qué lástima que no se decidiera!

Los bailes (…) >>

El 14 de septiembre de 1928, también en el diario ‘Nuevo Día’ nos encontramos con un texto titulado “Desde Montánchez. La fiesta de la Patrona y la conmemoración del 13 de septiembre”, firmado por El Corresponsal, que dice:

<<Con motivo de la festividad de Nuestra Señora del Castillo, Patrona de esta villa, se han celebrado las tradicionales fiestas de toros, en los días 7 y 8 del corriente, matándose dos novillos por el espada Miguel Lozano Litri II, acompañado de su cuadrilla, corridas amenizadas por la banda de música (…) >>

El 16 de septiembre de 1929 el diario ‘Nuevo Día’ publica nuevamente un artículo sobre las Fiestas Patronales de Montánchez. Esto es lo que recoge:

<< Montánchez, el pueblo del “toro” y de las patrullas alborotadoras, ebrias de sangre y de vino, el que lo mismo se postraba hinojos ante la venerada imagen de su Virgen del Castillo que blasfemaba a voz en grito en las calles y plazas públicas, el que al toque de campana se amotinaba y declaraba en franca rebeldía, llegando hasta anular los poderes constituidos (…)

Las becerradas

Presididas por el señor Alcalde se han celebrado las anunciadas charlotadas, que han sido un continuo derroche de gracia y de arte hermanados en el más franco consorcio.

El Guardia Torero, en sus continuas y graciosas piruetas, nos ha demostrado que no es uno de tantos toreros bufos; es un artista de circo que sabe mezclar admirablemente su vena de clown con el arte del toreo, para hacer cosas verdaderamente maravillosas.

Otro tanto tenemos que decir de Lerín Charlot, que, sin incurrir en trucos gastados y substrayéndose de lo vulgar y ñoño, artista siempre, supo dar con el caño de risa, para que esta se desbordara hasta lo increíble.

Como número extraordinario, tuvimos el rejoneo de un becerro por el joven de la localidad, don Antonio González.

El ganado de Sotomayor y Veragua, bravísimo y bien presentado. Felicitamos calurosamente a la Empresa, que, sin reparar en gastos, ha organizado un festejo tan lucido (…) >>.

De los años de la II República también se conservan en el Archivo Municipal algunos documentos que confirman la gran antigüedad y continuidad en el tiempo de los Festejos Taurinos en Montánchez.

El 5 de agosto de 1932 el Ayuntamiento de Montánchez instruye un expediente “con motivo de la celebración de dos corridas de novillos-toros en las fiestas de Nuestra Señora de la Consolación del Castillo”. Para ello se publica un edicto de “Don Teófanes Galán Madruga, alcalde presidente accidental de esta villa de Montánchez”:

<< Hago saber: Que aprobado por el Ayuntamiento en sesión celebrada el día de ayer, el pliego de condiciones para dos corridas de toros, que anualmente se celebran, se anuncia al público que el próximo domingo día 7 y hora de las 12 de su mañana, tendrá efecto en el Salón de Sesiones de esta Casa Consistorial, por el sistema de pujas a la llana y por espacio de media hora, que puede prorrogarse a juicio de la Presidencia, sirviendo de tipo la aceptación del pliego de condiciones y debiendo hacerse los restantes mejoras en dinero.

Dicha subasta será presidida por mí o en otro caso por el Concejal en quien delegase, siendo condición precisa para tomar parte en la subasta, depositar ante la Mesa y antes de hacer ninguna proposición, la cantidad de quinientas pesetas, las cuales serán devueltas al terminar el acto, a todos los licitadores, menos al que se le haya adjudicado el remate, las cuales ingresarán en arcas a responder de las obligaciones del contrato.

Lo que se hace público con el fin de que los que deseen tomar parte, puedan examinar el pliego de condiciones en la Secretaría de este Ayuntamiento durante las horas hábiles de oficinas y hasta el mismo momento en que se haya de celebrar la subasta>>.

Un día antes, el 5 de agosto, se había publicado el pliego de condiciones para la subasta de la plaza de esta villa para las funciones de toros:

<<1º. El rematante se obliga a traer dos novillos-toros, que tengan cuando menos tres años cumplidos y con peso mínimo de diez y seis a diez y siete arrobas, debiendo estar cuando vayan a ser experimentados, dentro del término municipal antes del día 25 de este mes.

2º. Los novillos-toros serán experimentados como de costumbre por la Comisión nombrada al efecto por este Ayuntamiento.

3º. Una vez experimentados y aprobados los novillos-toros, queda absolutamente prohibido nuevo experimento, ni en la plaza ni fuera de ella. Los que intenten contravenir esta disposición podrán ser multados por esta Alcaldía con el máximun que autoriza la ley.

4º. Caso de que los novillos-toros que primeramente presentara el rematante no fueran aprobados por la Comisión, tendrá aquel que presentar otros dos antes del 25 de agosto, que también serán examinados y experimentados por la Comisión y si tampoco se aprobasen perderá el depósito y se celebrará nueva subasta.

5º. El rematante se obliga con arreglo a la R. O. de 13 de junio de 1928 y disposiciones posteriores, a proporcionar cuadrilla que lidien los novillos-toros, componiéndose cuando menos de un matador profesional y dos peones, siendo de su cuenta el pago de los mismos.

6º. En armonía con lo dispuesto por la dicha R. O. queda prohibida la capea de vacas que venía celebrándose antes del toro.

7º. El rematante se compromete a cerrar la plaza en la forma acostumbrada y en condiciones de seguridad tales que puedan certificar de ello los técnicos que se nombren a tal fin.

8º. El Ayuntamiento se reserva el tercer arco de los portales del mismo empezando a contar con el que linda con el cosil, para sus dependientes y música, sin que por ello tenga que abonar nada al rematante.

9º. Todos los gastos que se ofrecieran para la corrida de los novillos-toros, incluso los que fuesen necesarios para dar a venta y obtener la autorización del Gobierno Civil serán de cuenta del Rematante.

10º. Por la Alcaldía se darán las órdenes oportunas para impedir que se cuelguen o pongan en las fachadas tablones y sillas que sirvan de asiento a los espectadores, cuidando el rematante de construir los tablados en forma que no puedan perjudicar ni molestar a los que estén en balcones y entrebalcones.

11º. La plaza se adjudicará al individuo que haga mejores proposiciones previa aceptación de los que constan en este pliego. Queda a potestad de la Comisión el exigir o no fiador al que pretenda rematar o remate la plaza, el cual se hará solidario con éste.

12º. El rematante podrá vender las bocacalles y soportales de la plaza con la obligación del cierre, por los adquirientes, pero respondiendo siempre aquel a la seguridad del cierre.

13º. El rematante depositará en la Alcaldía quinientas pesetas en calidad de depósito, las que perderá en el caso de la condición 4ª o de faltar cualquiera otra de las esenciales de este pliego.

14º. La subasta se realizará en el Salón de Actos de este Ayuntamiento el próximo día 7 y hora de las 12 de su mañana, mediante pujas a la llana y por espacio de media hora, que podrá prorrogarse a juicio de la Presidencia.

15º. En cumplimiento de la R. O. citada y disposiciones posteriores, queda prohibido el que los vecinos de esta localidad puedan torear ni rejonear los toros. Los contraventores podrán ser multados por la Alcaldía.

16º. El rematante no podrá enajenar el cierre de las bocacalles y tablados hasta la aprobación de los toros que se han de lidiar a fin de evitar protestas por los adquirientes.

17º. Si algún toro se inutilizara antes de ser encerrado en el cosil, deberán los rematantes sustituirlo por otro que reúna las condiciones exigidas>>

De 1932 también se conserva el acta de la subasta del arriendo de la plaza de la localidad para la celebración de los Festejos Taurinos:

<< En la villa de Montánchez a siete de agosto de mil novecientos treinta y dos, siendo las doce horas en punto de dicho día, que fue señalada en el anuncio para celebrar la subasta del arrendamiento de la Plaza de esta villa, al objeto de celebrar las funciones de toro en el corriente año, presentes en el Salón de Sesiones de este Ayuntamiento, el Sr. Teniente Alcalde, don Teófanes Galán Madruga en funciones de Alcalde accidental, y los concejales Señores Pintado (don Ramón), Galán Flores (don Donacio) y Flores San Martín (don Juan) con asistencia del Secretario que suscribe, seguidamente por tres veces y en alta voz se hace saber por el voz pública que va a darse principio a la subasta indicada, declarando el Sr. Presidente abierta la misma. Por su orden yo el Secretario di lectura en voz alta al pliego de condiciones aprobado y al anuncio de la misma y terminada que fue esta lectura, el propio Presidente declaró abierta la licitación por término de medio hora advirtiendo a los concursantes que durante ella podrán pedir las explicaciones que estimasen oportunas acerca de las condiciones, con prevención de que transcurridos, no se admitirían proposiciones ni se daría ninguna explicación.

Transcurridos algunos minutos, don Inocencio Mateos Muñoz, cubre el pliego de condiciones depositando ante la mesa las quinientas pesetas que señala la regla 13 para responder del cumplimiento del contrato.

Posteriormente don Genero Lavado Lázaro, deposita la cantidad exigida para poder tomar parte en la subasta y mejora la proposición de la anterior en diez pesetas, que a su vez mejora Inocencio Mateos en cinco pesetas; posteriormente la mejora Genaro en cinco pesetas, e Inocencio en treinta. Oportunamente se anuncia por el señor Presidente que faltando cinco minutos para terminar la subasta, en virtud de las facultades que le concede la regla 14 del pliego de condiciones quedaba prorrogada en diez minutos más, lo que se hace saber por el voz pública de la Corporación.

Siguen mejorándose las proposiciones por los señores citados alternativamente en 5, 5, 5, 5, 5, 5, 20, 5, 5, 5 hasta llegar a cubrir el pliego y 125 pesetas más Inocencio Mateos Muñoz, y previos los señalamientos de hora oportunos llegada que fue la misma, resultando que este señor fue quien ofreció más cantidad, se le adjudica provisionalmente en las citadas 125 pesetas.

El señor presidente da por terminada la subasta, devolviendo al licitador Genero Lavado Lázaro, el depósito que había constituido levantándose a continuación la presente acta, a la que di lectura, sin que contra su contenido, se hicieran protestas ni reclamaciones, en prueba de ser fiel y exacto reflejo de los sucedido, firmando conmigo el Sr. Presidente, los Concejales, Delegados, el adjudicatario, no haciéndolo ninguno de los presentes a quienes se invitó, de todo lo cual como secretario doy fé.

Fdo. Juan Flores San Martín. Donacio Galán. Inocencio Mateos Muñoz. J. Sánchez y Sánchez >>.

También en estos años nos encontramos con algunas referencias a los Festejos Taurinos en Montánchez en la prensa. En el número de ‘La Libertad’ del 9 de septiembre de 1934 aparece publicada una información sobre un suceso ocurrido dos días antes:

<< Ganadero muero por un toro.

En Montánchez, cuando se desencajonaban unos novillos para ser lidiados esta tarde, una de las reses alcanzó al ganadero Francisco Flores y le produjo tan graves heridas que falleció poco después>>.

En los Archivos Municipales también encontramos un justificante de pago firmado por Zacarías Mateos y fechado el 24 de septiembre que asegura que:

<< He recibido del Ayuntamiento de Montánchez la cantidad de diez y ocho pesetas, importe de seis asientos correspondientes a otros tantos individuos que tenían tablados para las funciones de los toros del año actual, los cuales solicitaron del Sr. Alcalde y este les concedió asistir al experimento de los toros con cargo al Ayuntamiento>> 

Los Festejos Taurinos en Montánchez a mediados del siglo XX

En esencia, la celebración de los toros durante buena parte del siglo XX en Montánchez permanece invariable. Se seguirán celebrando en la Plaza Mayor de la localidad, como un aliciente muy importante de las Fiestas Patronales en honor a la Virgen de la Consolación del Castillo.

La documentación existente en el Archivo Municipal de Montánchez acerca de los Festejos Taurinos en los años 50 en bastante pormenorizada. Así, comenzamos la década con una indemnización a la vecina de Torre de Santa María, Josefa Poblador en 1951:

<< He recibido del Ayuntamiento de Montánchez la cantidad de cuatrocientas pesetas como indemnización por el accidente sufrido al ser corneada por una vaca que iba destinada a la festividad taurina del 8 de septiembre del año en curso. Con esta cantidad me considero completamente indemnizada y renuncio a posteriores reclamaciones>>

En 1953 se firma un contrato privado entre el Ayuntamiento de Montánchez y el regente de la plaza durante las fiestas de toros:

<< Por el presente documento privado que queremos tenga igual fuerza y valor legal que se fuera público, decimos de una parte D. Andrés Berrocal Lázaro, como alcalde, en representación del Ayuntamiento de esta villa, y de otra Benito Galán Solís, casado, mayor de edad, y de esta vecindad, como de conformidad con la Corporación, convienen el siguiente compromiso, para las funciones de Toros del presente año:

1º. El citado Benito Galán Solís se compromete a traer un novillo-toro y una vaca cada día para ser lidiados el 11 y 12 de septiembre próximo, cuyos animales, caso de no ser de ganadería acreditada, deberán ser admitidos por la Comisión correspondiente.

2º. Igualmente se obliga a proporcionar cuadrilla que lidien los novillos-toros y la vaca, que se comprometan a matarlos a estoque ateniéndose para ello a las reglas y disposiciones vigentes.

3º. La plaza se cerrará en la forma acostumbrada y en condiciones de seguridad que puedan certificar de ello los técnicos que se nombren a tal fin.

4º. El Ayuntamiento se reserva el tercer arco de los portales del mismo, empezando a contar con el que linda con el antiguo cosil, hasta la mitad del poyo del otro arco, para sus dependientes y música, sin que por ello tenga que abonar nada al rematante.

5º. Todos los gastos que se originen para celebrar las corridas de novillos-toros y vacas, incluso los que fueran necesarios para obtener el oportuno permiso, así como los que pueda causar la Comisión, caso de tener que ser sometidos a su aprobación, serán de cuenta del citado Sr. Galán Solís, excepto los derechos del médico de plaza, que serán abonados por el Ayuntamiento.

6º. Cuidará el citado Sr. de que se construyan los tablados en la forma acostumbrada y no molesten a los que están en balcones y entrebalcones, pudiendo vender éstos, pero respondiendo siempre de la seguridad del cierre.

7º. El Ayuntamiento entregará al referido Benito Galán Solís la cantidad de 3.750 pesetas como aportación para que puedan celebrarse los festejos, en la forma antes expresada.

8º. Si alguna res se inutilizara antes de ser encerrada en el cosil, deberá ser sustituida por otra que reúna las condiciones exigidas.

9º. El importe del 36% de las llamadas vistas a la Plaza, así como el acostumbrado donativo de los establecimientos de bebidas y similares, los percibirá el referido empresario, dándole las máximas facilidades por este Ayuntamiento para proceder a su cobro.

10º Se compromete así mismo a que de ser posible, el Matador para las citadas Fiestas, sea el que actuó el pasado año, llamado Máximo González, por ser éste del agrado del vecindario, vista la actuación del mismo.

Y para que así conste, autorizan la presente por duplicado, en Montánchez a siete de agosto de mil novecientos cincuenta y tres>>.

En el año 1955 se conserva un justificante de pago firmado por el ganadero al que se compran ese año los astados para los Festejos Taurinos:

<<Confieso yo, don Isaac Dueñas Gil, natural y vecino de la villa de Montánchez, haber recibido del Ayuntamiento de la misma, la cantidad de veintiocho mil ochocientas pesetas, importe de cuatro novillos, cuya compra realiza para la lidia en las tradicionales fiestas de toros.

La reseña de los mismos se encuentra en la documentación que contiene el oportuno expediente.

Para justificar como proceda, firmo el presente en Trujillo a ocho de septiembre de mil novecientos cincuenta y cinco>>.

La información del Archivo sobre las corridas de toros de 1956 en Montánchez es mucho más amplia y detallada, pues se conserva una relación de gastos e ingresos bastante rigorosa:

<<Ayuntamiento de Montánchez. Ejercicio de 1956.

Relación nominal de los gastos e ingresos habidos con motivo de la organización y celebración de las tradicionales fiestas de toros celebradas los días 6, 7 y 8 del mes de septiembre, con significación del déficit resultante que deberá librarse con cargo al Capítulo 13 Artículo 3 y partida 141.

Gastos:

Al concejal Sr. Madruga, gastos de un viaje a Cáceres, gestiones del permiso oficial para la lidia……… 100

Adquisición de sogas para toriles y jaulas……… 60

Adquisición de alambre galvanizado, flexible y porta lámparas y alcayatas para alumbrado extraordinario de la Plaza de España……. 81,10

A Alberto Acedo, Fabián Lavado y cuatro más por traída a la plaza de 340 seronadas de arena a razón de 1 peseta……… 340

A Pedro Suárez García, Lucio Hoyos, Antonio Alvarado Bravo y tres más por jornales de pica de arena, desempiedro de la Plaza de España y etc…… 320

Entregado al vaquero del Sr. Marqués de Liédena….. 100

Al matador “Curro Vega” su contrato de 5.250 pesetas, menos descuento de 1.312,50 pesetas por no matar la cuarta res…… 3.937,50

A “Curro Vega” importe de programas confeccionados…… 125

Gastos de envío telegráfico a “Curro Vega” de 1.000 pesetas para viaje.. 13,25

Gastos instalación alumbrado eléctrico del matadero….. 181,45

Pagado factura pensión del vaquero del marqués de Liédena…… 183

Pagado por gastos de locomoción y otros, del viaje y compra de los toros a Benavente y otras dehesas……. 1.505

A don Amador Díaz, sus derechos como médico de plaza….. 1.000

Pagado a Junta de Protección de Menores, delegación provincial…… 600

Pagado a Obra de Ayuda Nacional-Sindicalista…… 300

Pagado a Auxilios Mutuos de toreros…… 275

Pagado a Montepío de puntilleros y mozos de estoque…… 50

Pagado a Asociación Benéfica Auxilios Mutuos de toreros….. 100

Pagado al Aparejador, por certificación tablados…….. 153

Pagado a “Gesca”, suplidos reintegro del expediente…….. 23

Importe por un litro de vino para los obreros contratados por orden del Sr. Higuero…………….5

Importe de 4 litros de vino para los mismos, según orden de pago de los Sres. Hoyos y Madruga…………… 24

Pagada cuenta de bar, por suministro de 32 botellas de cerveza con motivo de la estancia del Sr. Obispo de Ciudad Rodrigo en la Casa Consistorial asistiendo a las corridas……………. 192

Adquisición de 3,600 kilos de jamón limpio con igual destino……… 360

Pagado cuenta del bar importe de gastos (ilegible) adquisición de reses a D. José Moreno…….. 96

Pagado al bar “Los Claveles”, importe de varias conferencias celebradas telefónicamente por miembros de la Comisión de festejos con varios fines……… 40,35

Suma y sigue………………… 10.064,65

Pagado a “Chaqueto” por devolución jaulas a los ganaderos…….. 467

Pagado contrata de peones disponibles para todos los trabajos propios de carga, descarga, arrastre, etc., etc………. 325

Gratificación a “El Retratista” y otro adicionado por intento de encierro del último toro………. 25

Pagado al bar “Los Claveles” gastos efectuados por la Comisión que pasó la noche organizando el encierro de toros………….. 48

Pagado al bar de “Quevedo” por iguales gastos de la segunda noche……….. 45

Gastos de desplazamiento a Cáceres de miembros de la Comisión para cuestión permiso lidia vacas a beneficio……….. 200

Gastos viaje realizado con motivo del encajonamiento………… 125

Pagado al Sr. Marqués de Liédena, importe de dos toros……….. 21.000

Pegado a los Srs. Moreno, vaca lidia a beneficio de San Vicente de Paúl, Conferencias Caballeros, Señoras y Ropero…………… 5.250

Pagado a los mismos señores, importe de dos toros……………. 15.500

Pagado alquiler de troneras con destino a Guardas de la Hermandad……35

Pagado a Antonio Valhondo Álvarez, por retirada de la arena de la Plaza de España la noche del 8 al 9 de septiembre……… 150

Pagado a Dionisio López, Joaquín Bayón y dos más por los trabajos de reparación de la Plaza, así como importe de dos sacos de cemento….. 555

Factura de pastelerías por suministro con motivo de la estancia en el Ayuntamiento durante las corridas del Sr. Obispo de Ciudad Rodrigo…….

Factura de tres botellas de Jerez con igual motivo…….. 107,25 (dos últimos conceptos)

Adquisición de una carpeta para envío documentos………. 2,50

Adquisición de tornillos para sujeción cadenas a tablado……. 4

Importe de 10 kilos de harina para pienso de reses………. 41,50

Adquisición de cordelillo para poleas matadero……….. 23

Al Sr. Madruga por suplido de importe vino a obreros……….. 5

Gratificación a los electricistas…………. 75

A los Sres. Veterinarios, sus derechos………… 700

A la Compañía telefónica por conferencias………… 172

Al transportista Sr. Mañana Pavón por servicios de camión a cargar jaulas de toros……………… 2.088,40

Para el Ropero de San Vicente, como resultado lidia benéfica de la vaca del día 6…………..1.396,23

Para la Conferencia de Caballeros, por igual motivo…………. 1.396,23

Para la Conferencia de señoras, por lo dicho………….. 1.396,23

Pago a imprenta “El Noticiero” importe de entradas para lidias de vacas, carácter benéfico………….. 100

Suma total de desembolsos………… 61.296,99

Ingresos:

Juan Lavado, arrendamiento tablado C. Sotelo……….. 400

Juan Lavado, arrendamiento tablado “Dos arcos Torres”………… 1.300

Alfonso Pulido Flores, idem “De la música”….. 925

Eufronio Bautista, idem un arco Nogales y otro Torres……….. 1.800

Julián Sánchez Pulido, idem General Margallo…………. 3.200

Andrés Roanes Mateos, idem “Mercadillos”………….. 4.550

Juan Roanes Mateos, idem “Iglesia”…………… 2.200

Teodoro Lázaro Alonso, idem “Toril”……………… 3.150

Serapio Lázaro G., idem “Primero de Donato”……. 1.200

Serapio Lázaro F., idem “Segundo y tercero de Donato”…….. 1.350

Francisco Lázaro A., cuota cooperación festejos……….. 1.000

Juan Sánchez, idem idem…… 700

Antonio Caballero Huertas, idem idem…………. 400

Victoriano López Fragoso, idem idem…………. 100

Amparo Moreno Herruzo, idem idem…… 100

José Caballero Señas, idem idem………. 100

Calixto Señas, idem idem……….. 175

Sebastián Pavón, idem idem………. 150

Félix Rosco Panadero, idem idem…… 175

Jacinto Téllez, idem idem…….. 150

Juan Madruga Lozano “Los Claveles”…… 600

Venta de 836 kilos canal encorambrada de 4 toros a 20 pesetas……. 16.720

Cobrado al Sr. Marqués de Liédena para reintegro del contrato…….. 10

Cobrado a los Sres. Moreno mitad importe viajes camión desde Alcuéscar a ésta……….. 72

Cobrado a los mismos por portes de 3.400 kilos de abono a 0,175 desde Cáceres a la finca Benavente………… 595

Cobrado a los mismos como parte de las 96 pesetas que figuran en gastos por consumiciones día compra toros…………. 40

Cobrado a D. José Moreno en concepto de “Vistas” el 36% sobre 1.250 pesetas……….. 450

Cobrado a D. Donato, idem idem s/588…………….. 211,70

Cobrado a la Sra. Vda. de Torres, idem idem s/1.400………. 504

Cobrado a D. Juan Cano, idem idem s/3.170……….. 1.141,20

Cobrado a D. F. Córdoba, idem idem s/1.200……. 432

Cobrado a D. Fermín Madruga, idem idem s/424……….. 152,65

Cobrado a D. Juan Lozano, idem idem s/1.730………… 622,80

Cobrado a Braulio Rosco, 182 kilos canal encorambrada pese vaca “San Vicente” a 21 pesetas kilo (menos el pico de pesetas que no se cobró autorizadamente)…………. 3.800

Cobrado a la Conferencia de San Vicente reintegro importe factura entradas corrida benéfica………. 100

Cobrado a la misma, como quinta parte de varios gastos efectuados según detalle adjunto……….. 1.008,60

Cobrado a la misma, diferencia entre compra de vaca lidiada a beneficio de ella y el cobro de su canal………. 1.450

Cobrado 144 entradas extras a 3 pesetas una……….. 432

Cobrado a la Cofradía del Castillo, cantidad mínima convenida para la Conferencia de San Vicente……… 3.079

Cobrado a la misma y para dicha Conferencia, mitad del exceso de ingreso habido según convenio………… 677,70

Venta de sogas usadas……….. 25

Cobrado a empresa coche Mérida cuota cooperación………… 300

Cobrado a empresa V. Caballero “Quevedo” por idem idem……. 500

Cobrado a empresa Carrión por idem idem………. 500

Suma total de ingresos…………. 56.548,65

Resumen:

Importe de los desembolsos: 61.296,99

Importe de los ingresos: 56.548,65

Diferencia o déficit: 4.784,34

Resultando que se realizaron desembolsos por la cantidad de 61.296,99 pesetas y unos ingresos de 56.548,65 pesetas, existe una diferencia o déficit de 4.784,34 pesetas que deberá librarse con cargo al Capítulo 13, Artículo 3, partida 141 previa aprobación de la Comisión de Festejos que intervino en los asientos que figuran en la antecedente relación dando conocimiento al Pleno en la primera sesión municipal que se convoque.

Montánchez, 30 de septiembre de 1956.

La Comisión de Festejos. Fdo. Juan Madruga. Francisco Hoyos.

El alcalde presidente. Fdo. Pedro Rosco (…) >>.

De ese mismo año también se conserva el justificante de pago a los toreros:

<< Hemos recibido del Sindicato de esta villa de Montánchez la cantidad de 5.250 importe de todos nuestros derechos y honorarios que el Ayuntamiento de dicho pueblo tenía allí depositado por la contrata de las corridas de toros celebradas los días de ayer y hoy.

Para justificar firmamos en Montánchez a ocho de septiembre de 1956.

Fdo. Desiderio Gutiérrez. Francisco Cristino Borge “Curro Vega”. Víctor Martínez. Eusebio Gutiérrez>>.

Del mismo modo, se justifica documentalmente el pago al ganadero:

<< He recibido del Ayuntamiento de la villa de Montánchez la cantidad de 21.000 pesetas importe de dos toros de lidia cedidos al mismo para su plaza de toros, donde serán matados durante el mes en curso.

Firmo el presente recibo en la finca “El Vaqueril” (Navas del Madroño) como encargado del Excmo. Sr. Marqués de Liédena, a cinco de septiembre de 1956>>.

Y se halla un documento sobre la venta de los astados muertos para su aprovechamiento por un carnicero de la localidad:

<< En Montánchez, a primero de septiembre de 1956, reunidos…

Don Juan Madruga Lozano, concejal del Ayuntamiento de Montánchez e representación de dicha Corporación.

Y Don Basilio Fragoso Moreno, mayor de edad, industrial, vecino de Cáceres, por medio del presente escrito convienen lo siguiente:

Primero. En cada uno de los días siete y ocho del presente mes, se lidiarán en la Plaza de Montánchez dos toros cuyas carnes son adquiridas por el industrial Sr. Fragoso.

Segundo. Las reses serán pesadas en el matadero de la localidad, encorambadas, sin cabeza, patas ni despojos, seguidamente de su muerte en plaza, deduciéndose del peso que arrojen el cuatro por cierto por oreo.

Tercero. El precio fijado por kilogramo será de veinte pesetas, cuya liquidación se formalizará seguidamente de conocido el peso y abonada por el comprador.

Cuarto. En el momento de la firma del presente documento, el comprador entrega al Sr. Madruga en la representación que ostenta, la cantidad de 5.000 pesetas en concepto de señal y a cuenta del total importe de las carnes, cuya cantidad será deducida de la liquidación que se formalice el segundo día de lidia, o sea el ocho del corriente.

Quinto. Si por circunstancias imprevistas y de fuerza mayor, fuese necesario aplazar la lidia, el comprador conforme en hacerse cargo de las carnes el día en que se produzca su muerte en plaza en las mismas condiciones que se citan anteriormente.

Sexto. Tanto el comprador como el Ayuntamiento se comprometen a tener dispuesto todo lo conveniente para que el peso y liquidación se formulen inmediatamente de la muerte en plaza de los toros, para lo cual dispondrá lo conveniente con la antelación necesaria para que queden a disposición del Sr. Fragoso en el menor tiempo posible.

En prueba de conformidad con lo acordado, suscribimos el presente documento, por triplicado, a un solo efecto en el lugar y fecha indicados al principio>>.

Desde el siglo XIX y hasta estas fechas se habían venido celebrando de forma regular e interrumpida los Festejos Taurinos en la Plaza de Montánchez. “Con maderas y carros se cerraban las calles y se distribuían gradas y troneras; todas las ventanas y balcones que daban a la plaza se alquilan por sus propietarios y como improvisado toril se utiliza uno de los soportales del Ayuntamiento. Como testimonio gráfico destacan muchas fotografías de principios del siglo XX y algún cartel de toros de los años veinte”, señala Hilario Jiménez en su informe.

En los Festejos Taurinos de septiembre de 1964 el tablao, recinto de madera construido en la Plaza Mayor de Montánchez y donde se asentaban las gradas, se cayó, derrumbó o plegó. Fue un gran caos colectivo. Por suerte el toro permanecía en el toril o cosín.

Para ser exactos, aunque la tradición oral montanchega ha insistido en que el tablao se cayó, únicamente se plegó de un lado; en concreto, el tablao que estaba entre el Ayuntamiento y la botica de D. Donato. Este accidente, por suerte, no tuvo consecuencias demasiado graves para la salud de las personas salvo algunas contusiones y episodios de nerviosismo.

Como consecuencia de este gran susto colectivo de 1964, esa fue la última vez que se celebraron los toros en la Plaza de España de Montánchez. Por eso trasladaron la celebración de los toros a la nueva Plaza de Toros construida en el paraje donde se encontraba la charca del Centenal. Se inauguró en 1967.

La tradición oral de la ciudadanía de Montánchez sostiene que mientras los toros se hicieron en la plaza mucha gente fue torera. Era un espectáculo muy bonito y participativo. Había cuantiosas cogidas y revolcones a los mozos. En el tablao se pagaba por las localidades que ocupabas aunque tenías que llevar tu silla o el banco tinajero desde casa. Otro tipo de localidad era el tabición, un asiento en primera fila que dejaba los pies en el aire de quien lo ocupaba.

La memoria oral también cuenta que, hasta que el Festejo Taurino en Montánchez cambió la Plaza Mayor por la Plaza de Toros, los siete hermanos de ‘los Pindo’ traían normalmente los toros desde las diferentes fincas de la sierra en las que los animales se encontraban pastando durante los meses de verano.

Antes del amanecer iban los hermanos hasta la finca. La gente más joven del pueblo saltaba las paredes de los diferentes campos que bordean el camino de la sierra para ver cómo ‘los Pindo’ guiaban a los animales.

Para llegar a la Plaza los pastores conducían a los animales por las calles del pueblo. Esto causaba episodios de terror pues pillaban a muchos vecinos de la localidad de improvisto. El encierro comenzaba a las 4:30-5 de la madrugada.

Era una especie de encierro sin corredores. Pero esta familia no solo se encargaba de traer al pueblo a los animales, también los encerraban en el cosín de la Plaza. El grupo de hermanos se agarraban de las manos los unos a los otros y así iban quitando espacio a los toros para que estos se vieran acorralados y entraran en el cosín que estaba en los soportales del Ayuntamiento.

Hay un dicho en referencia a un astado muy bravo e imposible de guiar: <<a esa vaca no la encierran ni los Pindo>>. A los hermanos el Ayuntamiento les daba alguna propina por encerrar a los morlacos. Era un espectáculo verlos guiar a los toros. La Plaza se llenaba de gente solo para ver cómo metían a los animales en el toril.

En los festejos taurinos celebrados en la Plaza de Montánchez fueron muy frecuentes las cornadas y revolcones, pero también, demasiadas veces, hechos con mayores consecuencias. Muchos ‘toreros’ murieron en la plaza.

La importancia de los toros al estilo tradicional era muy destacada, no solo entre la población de Montánchez, sino que eran una referencia a nivel comarcal y provincial. Algunos de los toreros o muletillas que han lidiado en la Plaza del pueblo fueron ‘el Retratista’, Díaz, ‘el Cordobés’, Pedro Infantes, el padre de Juan Mora ‘Beleño’, entre muchos otros.  

Los Festejos Taurinos en Montánchez tras la construcción de la Plaza de Toros en 1967

Tras la caída de la estructura de la Plaza de Toros o tablao instalada en la Plaza Mayor de la localidad en 1964 no se volvieron a celebrar los Festejos Taurinos de Montánchez en ese emplazamiento. En su lugar, se empiezan a construir unos tablaos de similares características en la explanada de la antigua charca del Centenal en el barrio de mismo nombre, a las afueras de la localidad.

Es muy plausible que desde 1965 hasta 1967, cuando se termina de construir la Plaza de Toros de Montánchez, se celebren los Festejos Taurinos en ese emplazamiento, pero en una plaza de toros “portátil” realizada con palos de castaño y tablones.

En el año 1967 debido al auge popular que van adquiriendo estas celebraciones (conocidas en toda la comarca) se decide construir una Plaza de Toros ubicándola a las afueras del pueblo, cerca del barrio del Centenar; se ciega una enorme charla y se copian las medidas exactas de la plaza del pueblo para que cada familia siga conservando su lugar y sus privilegios, de ahí la originalidad de que su forma sea prácticamente rectangular. Corridas de toros al estilo tradicional que siempre se han caracterizado por el valiente modo de correr en zigzag y enfrentarse a grandes astados, refugiándose tras palos de madera. En la actualidad, y a partir de los años ochenta, las celebraciones taurinas en Montánchez se han bifurcado en tres festejos: en la festividad de San Cristóbal (a mediados de julio), para celebrar el 15 de agosto y en las ya iniciadoras fiestas patronales a comienzos de septiembre”, explica Hilario Jiménez, Cronista Oficial en su informe.

En realidad, los Festejos Taurinos Tradicionales de Montánchez son los que se celebran, al menos desde mediados del siglo XIX, en septiembre, durante la celebración de las Fiestas Patronales en honor de la Virgen de la Consolación del Castillo.

No obstante, la construcción de una Plaza de Toros específica para esta actividad posibilita que se celebren más corridas de toros a lo largo del año. Ya no hay que cortar un espacio tan destacado como la Plaza Mayor durante semanas para que se celebren allí los Festejos Taurinos.

La extensión de la celebración de Festejos Taurinos en Montánchez a los meses de julio con San Cristóbal y agosto con la festividad del día 15 se produce de forma pareja a la puesta en marcha de la Plaza de Toros de Montánchez.

En los años 80 del siglo XX podríamos situar una etapa de cierto esplendor en los tres Festejos Taurinos que se celebran de forma regular, temporada tras temporada, en la Plaza de Toros de Montánchez.

El estilo de torear en Montánchez permanece invariable a lo largo de las décadas. En un principio, se rebaja al animal con banderillas. Los mozos realizan carreras ante los morlacos, recorren la plaza, y se refugian dentro de los barrotes o troneras sobre los que se ubican las gradas. Carrera tras carrera el animal se va cansando. La faena se remata con una cuadrilla de toreros más o menos diestros, que se ocupan de dar muerte al toro con espada y estoque -si es preciso-.

La característica principal del estilo tradicional del toreo en Montánchez es que cualquier persona podía torear o realizar una carrera llamando la atención del astado. Muchas veces los recortes ante el asta del animal eran muy apurados. También se hacían carreras muy vistosas sobre la arena de la Plaza de Toros de Montánchez.

En la actualidad, la esencia de los Festejos Taurinos ha cambiado muy poco en el municipio. Se siguen celebrando, con cierto éxito, los festejos de San Cristóbal en julio, 15 de agosto y las Fiestas Patronales a principios de septiembre. La forma de torear en Montánchez es la que ha conservado su esencia, pasando de padres a hijos generación tras generación; lo que ha permitido que se conserve ese estilo tradicional.

Los palos de castaño que hacían de tronera o refugio de los corredores se han sustituido por barrotes de metal. Se han ampliado las gradas a lo largo de los años para permitir la asistencia de más espectadores. Se ha construido a lo largo de las décadas una Plaza de Toros muy segura y amplia. También se han introducido nuevos elementos taurinos en los Festejos, como el encierro de becerras, el Grand Prix, etc.

En definitiva, Los Toros forman parte del tradicional carácter de Montánchez y de sus vecinos. Año tras año se mantiene el número de montanchegos y aficionados taurinos de los pueblos de la Comarca que asisten a los toros.

La fiesta de los toros en Montánchez está consolidada y asentada en la población. Su particular manera de ver el festejo lo hace especial, lo que contribuye a su poder de arraigo cultural”, sostiene el veterinario David Valiente en su informe.

Los toros forman parte del ADN del pueblo de Montánchez y hasta el día de hoy esa afición se ha transmitido de generación en generación con pasión de padres a hijos y esperamos siga siendo así por muchos años. ¡El pueblo lo demanda!”, sentencia Manuel Jiménez, presidente del Club Cultural Taurino de Cáceres en su informe.