Con el caso de la mina La Parrilla pasa un poco como con todo en
Extremadura: extractivismo, colonización económica, subvenciones
con fondos públicos y destrucción de la naturaleza a cambio de
migajas; unas veces laborales y otras electorales, mediante la
creación artificiosa y, muchas veces forzada, de tejido
supuestamente productivo.
La referencia escrita más antigua
a este lugar la encontramos a finales del siglo XVIII, “hay una
fuente mineral llamada del Carrasco, que por el gusto, y cierta lama
amarilla que se advierte en el agua, en las corrientillas que hace
fuera de la fuente: se conoce que abunda en partes de cobre, oro, o
otro metal semejante. Su uso se dice que es para los obstrusos. Yo
solo puedo asegurar que es muy delgada y digestiva”.
A mediados del XIX, Pascual Madoz
menciona el manantial de La Parrilla en su diccionario y asegura que
“la fuente llamada Carrasco, muy ferruginosa y de admirables
efectos para los obstrucciones y opulaciones, a donde concurren
también a bañarse muchas personas, y lo haría un número
considerable, si se construyeran baños que ofreciesen alguna
comodidad”.
La fama de las aguas de esta fuente manantial en el término de
Almoharín sigue creciendo a lo largo de los años. Comenzamos el
siglo XX con una descripción general de la localidad y una nueva
referencia a estas aguas:
« Villa con Ayuntamiento de 2.879
habitantes situada a 15 kilómetros de Montánchez. La estación más
próxima es Medellín, a 27,5 kilómetros y a 7 de la población hay
una fuente, cuyas aguas tienen justa fama para la curación de las
enfermedades escrofulosas (…) ».
El siglo XX será el gran
transformador de este lugar. En La Parrilla se construirán pequeños
cortes de aprovechamiento minero primero; después un balneario para
utilizar las aguas minerales con fines terapéuticos. Y, aunque
durante un tiempo coexistirá el balneario junto a la mina:
paulatinamente, la minería se irá apoderando de todo el terreno.
La importancia de la minería en Almoharín
En nuestro país la
industrialización es tardía en comparación con otros países
Occidentes y por este motivo no se empiezan a demandar minerales de
forma importante hasta el siglo XIX, cuando se expande la metalurgia.
Es por estas fechas cuando se comienzan a autorizar las primeras
minas de extracción de minerales en esta zona del centro geográfico
de Extremadura.
En el B. O. P. de Cáceres de diciembre de 1853 se han encontrado las
referencias más antiguas a la actividad minera en Almoharín y otros
pueblos cercanos de la Comarca de Montánchez. En este año se
autoriza la apertura de varias minas:
«Pedro García Navarro: Mina de plomo argentífero, sita en el punto
titulado Castillejillos, terreno baldío de Valdemorales.
Don Vicente Cerrudo: Mina de plomo
argentífero sita en el cerro de la Mina, distrito municipal y baldío
de Almoharín.
Mateo Monreal: Mina de plomo
argentífero, sita en el punto de Valdelahuesa, terreno baldío y
distrito municipal de Arroyomolinos (…)
Don Vicente Hernández: Mina de hierro y otros metales, sita en el
punto llamado los Gavilanes, término de Valdemorales. Otra de
hierro y otros metales, sita en el punto llamado las Cachorreras, en
la sierra de San Cristóbal, término de Almoharín (…) ».
En el año
1884 se empieza a
trabajar por primera vez en la explotación minera de la finca La
Parrilla. “Por el personal facultativo de minas de esta provincia
se procederá al reconocimiento y demarcación en su caso del
registro minero número 3.989 denominado Virgen del Carmen, sito en
el término de Almoharín, paraje titulado La Parrilla y que se
instruye a instancia de D. José Manzano Martínez, vecino de Don
Benito (…)”
.
Y a finales del siglo XIX se da licencia para la apertura de la
segunda mina en La Parrilla:
«Don Felipe González Gutiérrez,
vecino de esta capital, en nombre y representación de D. Pedro María
Plano y García, vecino de Mérida, ha registrado una mina de hierro
y otros metales, con el nombre “La Casualidad”, correspondiéndola
el número 4.763 del libro talonario de registros mineros y sita en
la dehesa de la Parrilla, del término municipal de Almoharín, que
cree que sea de la propiedad de Dª. Ana Llamas; linda por norte con
D. Domingo Borrego, sur dehesa de Valdecabrero, poniente Dª. Ana
Llamas y saliente D. Domingo Borrego.
Verificando la siguiente
designación:
Se tomará por punto de partida,
saliendo de los baños que existen en la misma dehesa, llamados
“Baños de la Parrilla”, con dirección al norte y a distancia de
unos 250 a 300 metros, hay un cabezo donde se encontrará una
calicata, y desde ella que servirá de centro, se medirán 300 metros
al norte, 300 metros al sur, 300 metros al saliente y 300 metros al
poniente, fijándose las correspondientes estacas.
Para mayor precisión del punto de
partida, se ha de tener en cuenta que desde el cabezo referido, se
divisa otro más alto, en el cual se encuentra una casa que sirve
para hospedar a los bañistas, y mirando por la trasera de esta casa
con dirección al saliente a 50 grados y como a un tiro de bala, está
el sitio que se designa (…) ».
Apenas dos meses después la
autoridad permite que se abra una nueva mina en la misma zona. El
19/06/1897 se anuncia en el B. O. P. una “mina de diez y ocho
pertenencias de mineral de hierro y otros metales con el nombre de
Purita, correspondiéndola el número 4.767 del libro talonario, sita
en la dehesa de la Parrilla del término municipal de Almoharín
(…)”.
En el BOP del 25/09/1897 nos
encontramos con otra mina: “Registro Los cuatro amigos, número
4.745, de mineral de hierro, propiedad de D. Matías Gil Pulido,
vecino de Valdemorales, y sito en el Cerro de la Magdalena del
término de Almoharín”.
A finales del XIX se puede concluir que coexisten dos actividades
bien distintas en el mismo espacio. Por un lado el balneario, que de
alguna forma intentan reflotar y salvar sus propietarios; y por otro,
el extractivismo minero, que se expandirá con muy pocas limitaciones
durante el siguiente siglo.
Inicios del XX, expansión de la minería en Almoharín y
Montánchez
Desde los primeros instantes del nuevo siglo la concesión de
autorizaciones para la apertura de minas va a ser muy acusado. Así,
entre 1900 y 1901 se crean las minas ‘El Porvenir’, ‘El
Encuentro’, ‘Luis Ana’, ‘Ana Luisa’ y ‘La Margarita’
solo en el término municipal de Almoharín.
En marzo de 1900 leemos en el B. O. P. de Cáceres el registro de la
primera de estas minas:
«Don Florentino Cámara y Villar,
vecino de Mérida, ha registrado una mina de plomo con el nombre de
“El Porvenir”, correspondiéndola el número 4.928 del libro
talonario de registros mineros y sita en el paraje llamado Cerro de
la Magdalena, propiedad de D. Felipe Merino, del término municipal
de Almoharín; linda al norte con el camino de la Charca, por levante
con propiedad de D. Leonardo Merino y por sur y poniente con
propiedad de D. Senador Jaraíz (…) ».
Las minas operativas en el término de Almoharín en 1901 son:
« (…) El Porvenir, número
4.928, de doce pertenencias de mineral de hierro, propiedad de D.
Florentino Cámara, vecino de Mérida, y sito en el Cerro de la
Magdalena, del término municipal de Almoharín.
Ana Luisa, número 4.034, de treinta pertenencias de mineral de
hierro, propiedad de D. Rafael Raya Ruíz, vecino de Don Benito
(Badajoz), y sito en Baños de Valdecabrero, término municipal de
Almoharín.
El Encuentro, número 4.940, de doce pertenencias de mineral de
hierro, propiedad de D. Rafael Raya Ruíz, vecino de Don Benito
(Badajoz) y sito en el Cerro de las Zorreras, del término municipal
de Almoharín.
Luis Ana, número 4.941, de treinta
y cuatro pertenencias de mineral de hierro, propiedad de D. Rafael
Raya Ruíz, vecino de Don Benito (Badajoz), y sito en Valdecabrero,
del término municipal de Almoharín (…)».
Sin embargo, las minas de mayor tamaño y producción durante estos
años van a estar en Montánchez:
« (…) Miguelito, número 4.961,
de cien pertenencias de mineral de hierro, propiedad de D. Luis
Márquez Matos, vecino de Cáceres, y sita en Fuente Trampal y dehesa
Trampal, del término municipal de Montánchez.
San Cosme, número 5.001, de
doscientas veinte pertenencias de mineral de hierro, propiedad de don
Francisco Carrillo Blázquez, vecino de Navalmoral de la Mata y sito
en Corchito y dehesa de Valdemantilla, del término municipal de
Montánchez (…)».
El 09/04/1901 se autoriza una nueva explotación minera en La
Parrilla:
«Don Julián Pantoja de la Rosa,
vecino de Alcuéscar, ha registrado una mina de hierro con el nombre
de “La Margarita”, correspondiéndola el número 5.057 del libro
talonario de registros mineros y sita en el paraje llamado Parrilla;
propiedad de D. Domingo Jiménez Llanos, del término municipal de
Almoharín; linda por poniente, con propiedad de don Demetrio Pérez
Pinilla; saliente, con D. Isidro Íñiguez Martín, y norte y sur con
D. Domingo Jiménez Llanos (…)».
Por lo que respecta a la vecina localidad de Montánchez, con minas
de mayor capacidad extractiva pero más dispersas por el término
municipal, son destacables:
« (…) Miguelito, número 4.961,
de noventa y cuatro pertenencias, de mineral de hierro, propiedad de
don Luis Márquez Matos, vecino de Cáceres (...).
San Cosme, número 5.001, de
doscientas siete pertenencias, de mineral de hierro, propiedad de D.
Cosme Echevanrieta y Lazcurain, vecino de Bilbao (…) .
Buena Estrella, número 5.010, de
ochenta pertenencias, de mineral de hierro, propiedad de D. Juan
Gangoiti, vecino de Bilbao (…) .
Sombra, número 5.016, de ochenta
pertenencias de mineral de hierro, propiedad de D. Luis Márquez
Matos, vecino de Cáceres (…) .
Luz, número 5.017, de cincuenta y
dos pertenencias de mineral de hierro, propiedad de D. Luis Márquez
Matos, vecino de Cáceres (…)».
Balneario La Parrilla, el intento de un oasis entre minas
Las referencias orales de la bondad
de las aguas de la fuente de La Parrilla son muy antiguas. Ya se ha
visto que a finales del XVIII encontramos las primeras fuentes
escritas de este lugar y a mediados del siglo XIX hallamos la primera
referencia escrita “de los baños que existen en la misma dehesa,
llamados Baños de la Parrilla”.
Sin embargo, hay que esperar hasta
1914 para que se presente un
proyecto para construir un establecimiento para baños, un hotel y
tres grupos de casas. El establecimiento llegará
a contar incluso con casino, cantina y hasta capilla. Las
especialidades de este centro serán las enfermedades de la sangre,
respiratorias, nutricionales, dermatológicas, nerviosas y generales.
Las aguas minero-medicinales se podían
tomar bebidas, en baños e inhalaciones.
En el diario ‘La Correspondencia
de España’, del 30 de abril de 1916 podemos leer una Real orden de
Gobernación “declarando de utilidad pública el establecimiento
balneario proyectado para explotar las aguas minero-medicinales que
brotan en una finca de la propiedad de D. Isidro Íñíguez, y
llamada La Parrilla, del término municipal de Almoharín”.
Al poco tiempo, en el B. O. P. de Palencia encontramos esta misma
información ampliada:
« (…) Visto el expediente
instruido a instancia de D. Isidoro Íñiguez, en solicitud de que se
declaren de utilidad pública unas aguas minerales que emergen en una
finca de su propiedad denominada la Parrilla, sita en el término
municipal de Almoharín (…)
Se nombró al médico director de
baños, D. Mariano Fernández (…) resultando que el citado
funcionario informó que las aguas son minero-medicinales,
clasificándolas como alcalinas, arsenicales, ferruginosas,
radioactivas frías, emergiendo con un caudal de 966 libros por hora,
y a la temperatura de 17º 4 centígrados; que pueden utilizarse en
todas las formas balneoterápicas, existiendo caudal suficiente para
subvenir a todas las necesidades del balneario, el cual se está
construyendo, así como 10 chalets para el alojamiento de los
bañistas (…).
Considerando que tanto por el análisis y la Memoria histórico
científica, como por el informe del Médico Director de baños que
inspeccionó el manantial, se ha demostrado que las aguas son
minero-medicinales, con aplicaciones para el tratamiento de diversas
enfermedades:
Considerando que se han cumplido
todos los trámites reglamentarios, S. M. el Rey (q. D. g.) de
acuerdo con lo propuesto por la Inspección general de Sanidad
interior y lo informado por la Sección de Aguas minerales del Real
Consejo de Sanidad, ha tenido por conveniente disponer:
1º Que se declare de utilidad pública el Establecimiento balneario
proyectado para explotar las aguas minero-medicinales que brotan de
la propiedad de D. Isidoro Íñiguez, llamada La Parrilla, del
término municipal de Almoharín (Cáceres).
2º Que se señalen como temporadas oficiales para el uso de las
aguas en el balneario, una vez que este se abra al servicio público,
las de 1º de abril a 30 de junio y 1º de septiembre a 30 de
noviembre.
3º Que el embotellado de dichas
aguas se verifique con arreglo a lo preceptuado en los artículos 176
y 177 de la Instrucción general de Sanidad (…)».
Y aunque se consigue que el balneario y las aguas que aprovecha sean
reconocidas de utilidad pública, esto no va a ser impedimento para
que en el entorno, en la misma finca, se sigan llevando a cabo
actividades mineras.
«Don Francisco Cascajosa y
Alcázar, ingeniero jefe de Minas de este Distrito.
Hago saber: Que por D. José
Cazalet, vecino de Don Benito, residente en el mismo, de profesión
negociante, se ha solicitado con fecha 27 de abril de 1918, la
propiedad de ciento veinte pertenencias mineras con el nombre de
“Deburchgraeve”, sitas en La Parrilla y Valdecabrero, paraje
antes citado, término de Almoharín, número 5.988, de mineral de
hierro (...) las cuales lindan por NE con propiedad de don Antonio
Broncano García, vecino de Campo Lugar y los demás rumbos con la
dehesa de doña
Ana Llamas, esposa de don Isidro Íñiguez (…) ».
Poco después se expide permiso para una nueva mina, si bien no en el
finca La Parrilla; se demuestra que el entorno de la localidad y
buena parte de las estribaciones de la Sierra de Montánchez, son
durante siglos fuente de abastecimiento de minerales para la
metalurgia del país.
« (…) Agustín Yuste, vecino de
esta capital, residente en la misma, de profesión propietario, se ha
solicitado con fecha 15 de julio de 1918, la propiedad de veinte
pertenencias mineras con el nombre de “Santa Rita”, sitas en la
dehesa de la Pizarra, paraje antes citado, término de Almoharín
número 6.026, de mineral de hierro (…) ».
En septiembre de 1928 Ana Llamas, propietaria de la finca La Parrilla
y del balneario junto a su marido Isidro Íñiguez, registra una
marca con la que diferenciar y comercializar las aguas
minero-medicinales de su establecimiento. El nombre comercial de
estas aguas es Llamas.
En la década de los 30 se van a llevar a cabo algunos intentos por
proteger y fomentar de alguna forma el balneario. Así, en junio de
1930 aparece publicado en ‘Nuevo Día’ un pertinente texto
titulado “Se concede un perímetro de protección al balneario de
La Parrilla, en Almoharín”:
«Por el ministerio de la
Gobernación se ha dictado una Real orden inserta en la Gaceta de
ayer domingo, resolviendo el expediente incoado por don Antonio
Bonilla y Bonilla en nombre y representación del balneario de Llamas
(antes la Parrilla), en término de Almoharín (Cáceres), declarado
de utilidad pública con fecha 25 de abril de 1916, en solicitud de
señalamiento de un perímetro de protección para el citado
balneario, al amparo de lo establecido en el artículo 13 del
Estatuto vigente sobre explotación de aguas mineromedicinales de 25
de abril de 1928.
Informado el oportuno expediente por la Jefatura de Minas del
distrito correspondiente y resuelta en sentido negativo, previo
dictamen del Real Consejo de Sanidad, la protesta entablada por don
Senador Jaraíz Fernández contra el citado perímetro.
Su Majestad el rey (que Dios
guarde) ha tenido por conveniente conceder al balneario titulado
Llamas (antes la Parrilla), de la provincia de Cáceres, un perímetro
de protección de 60 hectáreas, cuyos límites se determinan en esta
Real orden, con la expresa condición de que dentro de él solamente
tendrán derecho los dueños de los manantiales protegidos a
expropiar los manantiales de aguas mineromedicinales que emerjan
dentro del citado perímetro y sean declarados de utilidad pública
mediante el oportuno expediente y previo pago del valor del predio en
que radiquen y sin que pueda imponerse en él ninguna prohibición ni
servidumbre, ni siquiera en materia de aguas, a los dueños de las
propiedades enclavadas en la citada demarcación, debiendo pagar sus
concesionarios a la Hacienda pública en concepto de canon por el
derecho que se los otorga, la cantidad de cuatro pesetas por año y
hectárea».
También en 1934 se aprueba la
construcción de un camino vecinal “que partiendo de Almoharín
termine en el Balneario de La Parrilla, uniendo en este punto con el
que está incluido desde dicho Balneario a la carretera de Madrid a
Portugal por Badajoz”.
Sin embargo, estos intentos de
protección y fomento de las aguas del lugar no van a ser suficientes
o no van a ser lo suficientemente efectivos. Desde los años 50 la
expansión de las actividades mineras va a ser muy acusado en el
término de Almoharín, también en la finca La Parrilla.
El predominio de la minería en Almoharín, segunda mitad del
siglo XX
Los propietarios del balneario La
Parrilla intentaron conservar las aguas minero-medicinales para uso
curativo durante décadas; pero esta intención se tuerce a mediados
del siglo XX, cuando hasta los propios dueños de este lugar
solicitan permisos para la explotación minera. En poco más de un
año, entre 1951 y 1952, se conceden nada menos que una docena de
licencias de investigación minera en Almoharín.
« Permiso de Investigación de Minerales número 7.594 “La
Esperanza” (…) por don José Fernández
López, vecino de Mérida, se ha solicitado permiso de investigación
de mineral de wolframio, en el término municipal de Almoharín,
paraje Proximidades de Almoharín, (…) 120 pertenencias solicitadas
(…) ».
« Permiso de Investigación de Minerales número 7.762. “Amparito” (…) por don Juan Calles Mariscal,
vecino de Madrid, se ha solicitado permiso de investigación de
mineral de estaño y wolfram en el término municipal de Almoharín,
paraje “El Sextil”, “El Coto” y la “Acción” delimitando
(...) el perímetro de las 1800 pertenencias solicitadas (…) ».
«Permiso de Investigación de Minerales número 7766. “Adelaida” (…) por don Guillermo Bonilla
Íñiguez, vecino del Balneario de la Parrilla (Cáceres), se ha
solicitado permiso de investigación de mineral de wolfram, estaño y
otros en el término municipal de Almoharín, paraje “La Parrilla”,
delimitando (...) el perímetro de las 80 pertenencias solicitadas
(…) ».
«Permiso de Investigación de
Minerales número 7770. “Margarita” (…) por don Eugenio Rodríguez
Marmieca y otro, vecino de Salamanca, se ha solicitado permiso de
investigación de mineral de estaño y wolfram en el término
municipal de Almoharín, paraje “Cerro de la Mina”, delimitando
(...) el perímetro de las 64 pertenencias solicitadas (…)
Permiso de Investigación de Minerales número 7775. “Gloria” (…) por don Luciano Cortés
Martín y otro, vecino de Cáceres, se ha solicitado permiso de
investigación de mineral de wolfram y estaño en el término
municipal de Almoharín, paraje “Dehesa Las Navas y Las Tierras”,
delimitando (...) el perímetro de las 24 pertenencias que se
solicitan (…) ».
«Permiso de Investigación de Minerales número 7823. “La
Trasnochada” (…) por don Antonio Cortés
Moreno, vecino de Valdetorres (Badajoz), se ha solicitado permiso de
investigación de mineral de estaño y wolfram en el término
municipal de Almoharín, paraje “La Parrilla”, delimitando (...)
el perímetro de las 200 pertenencias solicitadas (…) ».
«Permiso de Investigación de Minerales número 7842. “Angélica” (…) por don José Fernández
López, vecino de Mérida, se ha solicitado permiso de investigación
de mineral de wolframio en el término municipal de Almoharín,
paraje “La Azperilla”, delimitando (…) el perímetro de las 12
pertenencias solicitadas (…)
Permiso de Investigación de Minerales número 7846. “Almoharineja” (…) por don José Fernández
López, vecino de Mérida, se ha solicitado permiso de investigación
de mineral de estaño en el término municipal de Almoharín, paraje
“Los Corchuelos”, delimitando (...) el polígono de las 50
pertenencias solicitadas (…) ».
«Permiso de Investigación de Minerales número 7850. “Ángel-Mary” (…) por don Francisco Fernández
Guisado, vecino de Miajadas, se ha solicitado permiso de
investigación de mineral de wolfram y estaño en el término
municipal de Almoharín y Arroyomolinos de Montánchez, paraje “Cerro
Valle Vaquero” y otros, delimitando (...) el perímetro de las 160
pertenencias solicitadas (…)
Permiso de Investigación de Minerales número 7852. “Francisco de
Peralta” (…) Se hace saber que por doña
Purificación Barquero y don Federico García, vecinos de Don Benito
y Silleda (Pontevedra), se ha solicitado permiso de investigación de
mineral de wolfram en el término municipal de Almoharín, paraje
“Finca Encomendadilla” y “Helechos”, delimitando (...) el
perímetro de las 200 pertenencias solicitadas (…) ».
« Permiso de Investigación de Minerales número 7892. “La
Amistad” (…) por don Pedro Cabrera
Florido, vecino de Cáceres, se ha solicitado permiso de
investigación de mineral de estaño y wolfram, en el término
municipal de Arroyomolinos de Montánchez, paraje Pozo de las Pilas y
Las Curanderas, delimitando (...) el perímetro de las 49
pertenencias solicitadas (…)
Permiso de Investigación de Minerales número 7895. “Inmaculada” (…) por doña Casimira Íñiguez
Llamas, vecina de Madrid, se ha solicitado permiso de investigación
de mineral de wolfram y estaño, en el término municipal de
Almoharín, paraje Cercón del Prado, delimitando (...) el perímetro
de las 49 pertenencias solicitadas (…) ».
Por estas fechas la explotación de
los minerales de La Parrilla se va a hacer por Minera Adelaida S. A.
y Minera Bonilla S. A. “La explotación de este yacimiento se hacía
por labores subterráneas. Los mineros no trabajaban a jornal, sino
que el mineral que extraían se pesaba y se les pagaba según
estuviera estipulado el kilo”.
En 1968 la extracción de minerales
en esta zona se hace por primera vez a cielo abierto, para lo que se
realizan
grandes voladuras en el terreno. Se va a ir ampliando la capacidad
extractiva y transformadora hasta hacer de esta mina la principal
productora de scheelita, también conocido como tungsteno o
wolframio. Algunas fuentes sitúan en esta mina el 80% de la
producción nacional de este mineral durante estos años. La
Parrilla va a ser la mina
más importante de España y la segunda de Europa en cuanto a
producción.
La scheelita, wolfram o tungsteno
es un mineral utilizado para fabricar los filamentos de las lámparas
incandescentes, en resistencias eléctricas, partes de tubos de rayos
X, herramientas de alta velocidad, electrodos de soldadura, hélices
de turbinas, palos de golf, dardos, pesos de pesca; para la
fabricación de aceros muy resistentes y balas que pueden atravesar
blindajes, entre muchos otros usos.
La mina de La Parrilla va a seguir con su crecimiento durante las
últimas décadas del siglo XX. No obstante, en la década de los 80
tiene lugar un punto de inflexión y se aprueba un ERE que afectó a
más de un centenar de trabajadores. Finalmente en 1989 se anuncia el
despido definitivo de las 57 personas que continuaban trabajando en
el yacimiento.
“Banesto se quedó con la subasta
en 1996 y existen claros proyectos de que la mina vuelva a reabrirse
a finales de este año”.
Sin embargo, hasta 2016 no nos encontramos con un intento serio de
reapertura y explotación de la mina de la mano de Iberian Resources
Spain, filial de la minera británica W Resources.
La Parrilla en el siglo XXI: puro extractivismo colonial
Cuando W Resources se hizo con los
derechos de explotación minera de La Parrilla anunciaron que en 2018
llegaría a su máxima producción con la extracción de 5.000
toneladas de trióxido concentrado de wolframio y 400 toneladas de
estaño. Ese mismo año la Dirección General de Empresas y
Competitividad de la Junta de Extremadura concede una subvención de
5,32 millones de euros financiada al 80% con Fondos FEDER. La
inversión total que anunció entonces la promotora minera alcanzó
los 11,6 millones de euros.
Poco duró la producción
respaldada en una importante cuantía con dinero público. En 2022
los gestores de la mina La Parrilla presentan un ERTE por causas
económicas y de producción que afecta a 80 de los 131 trabajadores.
Todos estos trabajadores llevaban por entonces varios meses sin
percibir su salario.
Para terminar de complicar las
cosas y evidenciar esta forma colonial de explotar los recursos
naturales ajenos, la Junta de Extremadura ha multado con apenas
65.000 euros a los propietarios de la mina debido a que trataron el
wolframio e hicieron una balsa de lodos sin autorización.
Será imposible que La Parrilla vuelva a abrir hasta que se haga
frente a la sanción. Quizás los inversores de W Resources, entre
los que se encuentra el fondo de riesgo Black Rock, hayan huido para
hacer sus negocios en lugares más rentables, donde los derechos
laborales sean pura fachada o donde la normativa medioambiental sea
más laxa.
A día de hoy la mina La Parrilla
es un lugar abandonado. Un lugar que los proyectos extractivos
mineros llevan agujereando desde hace siglos. Un enorme movimiento de
tierras de casi 1.500 hectáreas a apenas 500 metros del canal de
riego de Orellana y del que la localidad de Almoharín ha obtenido
un, más que discutible, “beneficio”.
Referencias bibliográficas: