lunes, 31 de octubre de 2022

Cementerio de Montánchez, un monumento vivo


Templo de la verdad es el que admiras. No desoigas la voz que te advierte. Que todo es ilusión menos la muerte”.


“Mansión es esta de silencio y calma, que, solo al hombre pecador aterra. Aquí vuelven los cuerpos a la tierra y a la nueva vida se despierta el alma”.


Son las incripciones con las que nos recibe el Camposanto de la localidad de Montánchez en su entrada principal. Contruido en 1810, el cementerio se despliega en la ladera del risco sobre el que se asienta el Castillo. En lo alto, la Fortaleza corona el paisaje. Se trata de un lugar donde el silencio nos permite disfrutar de un momento de paz.

La necrópolis se construye escarbando y modelando el granito de la montaña en pleno contexto de la Guerra de la Independencia en la Península. Se construyeron terrazas a distintas alturas con el propósito de salvar la enorme inclinación del terreno. Hasta este momento los difuntos del munipio recibían sepultura en la Iglesia Parroquial e inmediciones.

Si algo confiere al cementerio de Montánchez su carácter excepcional, son las impresionantes vistas que desde aquí se disfrutan. Su situación, en la Sierra de Montánchez y a una altitud de unos 700 metros, permite al visitante disfrutar de unas impresionantes panorámicas de la campiña extremeña.

Junto a la entrada principal del cementerio se encuentran las capillas del Carmen y de San Pedro, realizadas con muros de mampostería. También el bonito Parque del Calvario. En el interior del recinto son destacables algunas de las tumbas, construidas con granito labrado y coronadas por interesantes cruces de cantería, construidas en forma de nicho en los primeros años de funcionamiento del cementerio. Igual que algunas de las lápidas de finales del XIX que aún se conservan.

A pesar de la calma que se respira en este recinto, el cementerio de Montánchez no es un lugar solitario. Es difícil encontrar un momento del día en el que alguna persona no transite por sus callejuelas.

Se trata, sin duda, de un lugar excepcional en el que hallar la paz que buscamos, un paraje lleno de silencio donde la vista se pierde en el horizonte. 

Esta especial ubicación y la forma en que fue construido y ha ido creciendo hicieron que el Camposanto fuera designado en 2015 como el "Cementerio más bonito de España". 

Con la festividad de Todos los Santos muchos vecinos de Montánchez y descendientes que tuvieron que emigrar visitan a sus familiares fallecidos. Adecentan las tumbas y lápidas; encienden velas y llevan flores con las que rememorar a sus difundos. 

La imagen del cementerio con todo el colorido de las flores y con los destellos de las luces de las velas es de una belleza asombrosa. 








viernes, 28 de octubre de 2022

La Sorpresa de Arroyomolinos, un episodio crucial en la guerra de la Independencia



Entre el 28 y el 30 de octubre, el pueblo de Arroyomolinos conmemora uno de los episodios históricos más singulares de la Comarca, la recreación de la batalla denominada ‘la Sorpresa de Arroyomolinos’. Pero, ¿cuál es el origen de este episodio?, ¿qué dice la prensa histórica sobre este hecho tan singular?

Un poco de historia

Entre 1808 y 1814 se produce en España la Guerra de la Independencia en el contexto global de las Guerras Napoleónicas. Los contendientes eran, por un lado España, Reino Unido y Portugal. En frente tenían a Francia, gobernada por Napoleón, que había instaurado el Primer Imperio. Tras la abdicación de Bayona, en la que los monarcas españoles renuncian al trono, Napoleón instala a su hermano en el trono español.

Antes se había producido una alianza entre España y Francia contra Portugal y su histórico aliado Reino Unido. Sin embargo, Napoleón engaña a los dirigentes españoles, los manipula y traiciona. Las tropas francesas se encuentran en territorio español, en teoría, solo de paso hacia Portugal. No obstante, la realidad es bien distinta. Francia invade España y por primera vez entre los españoles surge cierta identidad nacional.

En la Sierra de Montánchez, entre el 27 y el 28 de octubre de 1811, tuvo lugar una batalla conocida como la ‘Sorpresa de Arroyomolinos’. Para conocer un poco más de esta lucha, en la que participaron británicos y españoles frente a franceses, recurrimos a varios artículos publicados en la prensa histórica:

<< (…) Tan luego los franceses conocieron la proximidad é intentos de las tropas aliadas, se plegaron, abandonaron á Cáceres, y tomaron el camino de Mérida, se dirigieron a Torremocha, buscando el apoyo del grueso de su ejército (…) En Alcuéscar supo Hill que Girard pernotaba en Arroyo-Molinos, y concibiendo el proyecto de sorprenderlo, operación que facilitaba la culpable confianza del francés; antes de amanecer el día ocultó la mitad de sus fuerzas en una hondonada próxima al último de los mencionados pueblos; sitio por donde había de pasar los imperiales (…)

La sorpresa fue grande, y como á esta se unió la impetuosidad de la acometida, aunque los franceses formaron dos cuadros, pretendiendo defenderse en regla, fueron arrollados y destrozados, hasta el extremo de quedar tendidos, en tierra 400, entre muertos y heridos, y prisioneros más de 1.400, contándose entre estos los generales Doubrousky, Brun y conde de Aremberg.

El imprudente Girard, con unos cuantos de los suyos, se salvó refugiándose en la sierra de Montánchez.

Los aliados solo tuvieron 100 bajas>>.  (‘El Liberal’ 27/10/1900)

Años después ‘El Restaurador’ del 28 de octubre de 1912, en un texto que aparece en la primera plana de la portada del periódico, rememora esta batalla en el apartado titulado “Efemérides”:

Por otro lado, en los archivos del Ministerio de Defensa se guarda una ilustración sobre esta batalla ocurrida en la Sierra de Montánchez:




Una crónica sobre lo sucedido en Arroyomolinos


Desde meses antes de esa épica batalla, en la Villa de Arroyomolinos se había instaurado el control de las tropas francesas. Durante estos meses la vida en la localidad se hizo muy dura. El 1 de mayo de 1909 aparece publicada en 'La España Moderna' la carta que escribe el alcalde de Arroyomolinos a la Junta Central y en la que se relatan los horrores ocurridos entre abril y julio de 1809 en el pueblo:

<<Excmo. Señor:
 Aunque por repetidos conductos estará V.E. satisfecho de la horrorosa conducta de la pérfida nación francesa en la desgraciada visita que acaba de hacer á esta Provincia; creo de mi obligación hacer presente las operaciones de los trozos que en esta infeliz Villa se han hospedado para penosa memoria de sus habitantes.

El 5 de Abril último llegó una compañía de Dragones, número 9, la que, por su corto número, ó porque se jefe fuese de un carácter menos reprensible, se portó con la moderación regular. El 15 se presentó una partida de Artilleros, tan atrebidos y desatentos, que, no perdonando respetos ni autoridad, se entran por casas y bodegas, robando quanto dinero y vino encontraron. Seguidamente, y como las ocho de la noche, con tambor batiente, llegaron sobre 200 hombres de Infantería, número 63; luego se aposentaron que fué á su voluntad, principiaron á registrar, robar y saquear, que era una compasión ver tanta desverguenza.

Por tales hechos, se retiran las gentes al despoblado, y á 15 de Mayo se presentaron como unos 300 del número 27, y una partida de Vsares, 5º de Wefalia, que, cogiendo las entradas del Pueblo, se dirigieron otros armados á la Plaza, y otros al sitio donde se hallaban el maior número de mujeres con sus hijas y ropas: (aquí tiembla la pluma) corren y persiguen á la honestidad, manchan y desfloran el honor más inviolable, y con el maior insufrible ardor, roban y destrozan lo más precioso, hasta que saciada la fiereza bárbara y licenciosa codicia, haciendo alarde de tanto desacato después de desarmar al pueblo, armados y con tambor batiente, se marcharon para Alcuescar.

A las ocho y media de la noche del 15, se presentaron como unos 600 de Infantería, número 16, y 400 cazadores de Caballería, número 26; unos y otros principian de nuebo á saquear y diciendo que al siguiente día vendrían otros 2.000 de una y otra clase: esta noticia, embuelta en amenazas, dió margen á que muchas personas se retirasen al campo por no esperar algún mal accidente, aunque no se verificó la venida de los últimos, y sí la salida del 16, como á las diez del 14, este cuerpo mandó pasar por las armas con el modo más infame y bajo á Miguel Torres, de esta vecindad, de los más miserables por su edad avanzada, por su corta corpulencia, y por no proceder más formalidad que suponer los soldados que iban á robar habas á un habar que custodiaba Torres, haver encontrado un fusil francés allí; el número 26 subsistió hasta el 15 á el mediodía, en cuio tiempo desperdició mucha porción de trigo, dando mal trato á los patronos.

El 28 vino el número 50, compuesto de 450 caballos, poco más, poco menos, se perseveró hasta el 29, en cuio tiempo exerció su natural conducta, destrozando casas y haciendas, gastando con profusión los granos que havían de ser ó servir para la susistencia de estos naturales. El 29 del mismo Mayo se aposentó nuevamente el citado Vsares de Wefalia. ¡Válgame Dios qué tropa tan apreciable! Su Coronel Provisor Juez Ecclesiástico de dicha ciudad, digno, por sus quialidades, discípulo de Napoleón: este hombre, entregado á todo desorden no oie quejas ni lamentos; es tapadera ó disimulador de robos, quando él por su no los hace; foventaba al oficial soldado á causar todo género de maldad, ya encerrando doncellas honrradas; los primeros para no tener auxilio, ponen soldados de guardia, que impedía todo socorro; para que en todo se completase la escena, dio orden el exprovisor que, á las nueve de la noche estubiese recogido todo paisano, pues el que después se encontrase sería pasado por las armas: Aquí es ver la tragedia más temerosa, con trompetas y clarines; acobardan al paisano, dando libertad al soldado, habre y descerraja puertas y comete todo género de delitos.

Para que en todo se verificase su perfidia, extractase con brevedad, y verdad, el suceso ocurrido á Fr. Alonso Gil y al que subscribe con dicho Cuerpo.

El 7 de Junio, á las ocho de su mañana, llegó á mi persona un Teniente Capitán, preguntando que en dónde se hallaba el exército español o inglés; respondí que lo ignoraba; repitió que él y otro camarada suyo querían desertarse, y deseaban saber qué medio daba España á los oficiales y soldados que á su exército pasaba; contesté que de oficiales, lo ignoraba; y en cuanto al soldado de infantería, 200 reales, y si llevaba fusil, 300; al de Caballería, dicha cantidad y el valor del caballo; con lo que se concluió el acto. 

A las cuatro de la tarde del mismo día volvió el citado oficial y otro compañero, también teniente, solicitando escribiese en papel á el exército (que ellos sabían se hallaba en Medellín), preguntando los referidos premios; contestéles no era regular eso, porque quien lo condujese, se exponía á mala suerte por sus patrullas y avanzadas; satisfechos, instan les proporcionase guía que los condujese; correspondíles que, obrando con buena fe, no faltaría, y, enterados, encargándome el secreto con la mano puesta en el pecho y la palabra de honor, se despidieron.

A las cuatro de la tarde del 8 se volvieron á presentar con un sargento, diciendo que éste entendía mejor el español, tratase con él; se volvió á repetir la ceremonia antedicha, y vajo su tenor, dice el sargento: Los señores oficiales, otro camarada mío, mi asistente y ocho soldados, estamos dispuestos pasarnos á el exército español esta noche;  y el motibo es que Napoleón entró en la Wresfalia talando y arrasando; después nos ha conducido á la guerra de España, y ahora se ha levantado nuestra tierra, y no queremos servirle, porque no queremos ayudar á un enemigo de nuestra Patria, y, por lo mismo, es indispensable, bajo los seguros dichos, les proporcionase guía que los condujese.

En tan apurada crisis, considerando el beneficio á la Patria y confiado en tan sinceras promesas, hablé al referido Fr. Alonso Gil, religioso carmelita descalzo, se encargase en la execución, quien, dando pruebas de mayor patriotismo, no tubo el menor reparo en admitir la comisión; después volvió á presentarse el citado sargento, solicitando se les proporcionase vino, y haría, con los oficiales, se presentasen 48, que ya estaban concertados; á costa de diligencia, se proporcionó arroba y media, que costó 457 reales y medio, con respecto á 305 la arroba, y aunque todo se hizo con el maior sigilo, á las diez de la noche fuimos presos, y comparecidos ante el citado Coronel y oficiales, que hacía de acusador el pérfido sargento, allí nos trata de sobornadores y solicitadores, y al religioso de guía ó espía; en este acto hicimos presente nuestra inocencia, y que los seducidos éramos nosotros, expresando las circunstancias; de tan buen juez y congreso no se podía esperar otra cosa que atarnos, conducirnos á la prisión y con centinelas de vista por cuatro días, tratando de quitarnos la vida, que se hubiera verificado si el Teniente Coronel comandante no hubiese protegido nuestra inocencia con el sacrifico de 2.400 reales, precio en que se reduxo después de haver pedido 36 onzas de oro; es de advertir que los oficiales, sargento y demás confederados no tubieron más reprensión que quedar dispuestos, ó tal vez aconsejados, á hacer otro engaño semejante, para robar, atemorizar ó matar.

Este es el mapa que manifiesta por maior lo ocurrido en este pueblo por la tropa Francesa; este pueblo no dejará de gemir y llorar por los males que le han acarreado tan buenos guéspedes, todo lo cual pongo en la alta consideración de V.E. para que dándole la estimación que juzgue oportuna, prevenir á la inocencia, no se deje engañar con falsas apariencias, y teniendo el honor de hacer presente cuanto llebo manifestando con toda verdad á V.E., espero me ordene quanto sea de su agrado que obedeceré gustoso.

Dios guarde á V.E. muchos años para bien de la Monarquía y esta Provincia. Arroyomolinos de Montánchez 24 de Junio de 1809. –Excm. Señor. Josef Martinez Davila Solano>>.

Una programación muy variada para este fin de semana 


Para los molineros esta recreación histórica es muy importante, y buena parte de los vecinos y descendientes de la localidad participan de forma activa en esta fiesta. Desde meses antes comienzan con la confección de los trajes de época, y durante semanas programan y ensayan el evento. La batalla 'Sorpresa de Arroyomolinos' pone en relación a los vecinos del pueblo con grupos de recreacionistas de varios países europeos y localidades españolas. Se trata de una recreación histórica única en la Comarca que bien merece una visita que nos llevará a inicios del siglo XIX.